La detención de un ciudadano argelino el pasado lunes, acusado de abusos deshonestos, horas después de que un edificio utilizado como albergue por un centenar de inmigrantes fuera derruido, provocó una tensión extrema durante toda la noche.

Los padres del muchacho, de 14 años, conocieron los hechos un mes después de que sucedieran. Al parecerlos abusos, que podrían haberse realizado en más de una ocasión, no culminaron en violación.

El conocimiento de este hecho en la población fragatina encrespó los ánimos. Ante el temor de que se produjera algún conato de violencia, el Gobierno Civil de Huesca ordenó una inmediata operación de control sobre los inmigrantes ilegales.

La operación tuvo lugar en las instalaciones del antiguo campo de fútbol, donde por la noche se hacinaban casi dos centenares de argelinos, la mitad de ellos provenients del edificio denominado "Jardinera", cuya demolición se había realizado a primeras horas de la mañana.

Una vez iniciada la operación de forma conjunta por la Guardia Civil y la Policía Nacional, veinte inmigrantes ilegales fueron detenidos y trasladados en un furgón celular hasta el cuartel de la Benemérita.

A primeras horas de la mañana de ayer fueron todos trasladados hasta Alicante. Esta acción de detenciones selectivas (tercera que tiene lugar en menos de un mes) se enmarca en los acuerdos doptados por la recién creada Junta Cívica.

A lo largo de todo el día de ayer los efectivos policiales redoblaron sus esfuerzos y la presencia en la calle, dado el tenso ambiente que se vivía.