Así lo precisó este miércoles la ONG en un comunicado emitido coincidiendo con la conmemoración, el 13 de enero, del Día Mundial de la Lucha contra la Depresión y en el que advirtió de que las llamadas de menores de edad van “en aumento” y ya representan casi el 9% del total y llamó a crear comunidades “empáticas” con la depresión y la salud mental.

A su juicio, este servicio se ha convertido en un “servicio imprescindible para la población”, que ahora refiere problemas de “aislamiento o soledad, especialmente entre personas que tienen además problemas de salud, discapacidad, o están en situación de vulnerabilidad”.

De todas las llamadas, el 4,65% necesitaron ser derivadas al siguiente nivel de especialización en la atención y un 1,4% hasta el tercer nivel. El 58,44% las realizaron mujeres (14.274) y un 32,6% de usuarios tenía una edad comprendida entre los 50 y 64 años.

La “mayoría” de comunicaciones las realizan usuarios de entre 30 y 64 años, teniendo en cuenta que las llamadas de quienes tienen entre los 30 y 39 años representan el 15,44% y las de los de entre los 40 y 49 años, el 19,76%.

LLAMADAS DE MENORES

Cruz Roja también quiso “destacar” que se “mantiene” la “tendencia” de los últimos meses de llamadas realizadas por personas menores de edad, número que, según su punto de vista, “progresivamente va en aumento” y que ya “casi alcanza el 9%".

“Al inicio del servicio eran más las personas que llamaban por primera vez, pero esta tendencia ha ido cambiando y actualmente son más numerosas las personas recurrentes (52,68%) con respecto a las que llaman por primera vez”, abundó la entidad, al tiempo que señaló que casi el 70% de las llamadas centran sus consultas en la contención, el soporte emocional y el acompañamiento.

Tras puntualizar que “romper el estigma” y hacer que este problema se convierta en un “asunto social” ayuda a “visibilizarlo y combatirlo”, defendió que la “falta de atención médica, recursos o las barreras incluso culturales sobre la salud mental” hacen que “aún siga siendo necesario luchar contra la depresión” y urgió a “construir” comunidades “solidarias” que “promuevan la salud mental, desterrando mitos y estigmas y con herramientas que ayuden a disipar la problemática”.

Junto a ello, explicó que, según la OMS la depresión es una de las enfermedades “más frecuentes” y afecta a más del 3,8% de la población, que se elevaría al 5% en el caso de los españoles según la encuesta europea de la salud de 2020, y advirtió de que, “contra antiguas creencias", la depresión "no es simplemente sentirse triste o abrumado: es un estado mental que consume la vitalidad, empañando la visión de la realidad y nublando la esperanza”.

DESAFÍO COMPLEJO Y DIVERSO

“Por ello se convierte en un desafío complejo y muy diverso, que además se soporta en la mayoría de los casos de manera silenciosa e invisible”, agregó, al tiempo que aseguró que también “incide notablemente” en las tasas de mortalidad y morbilidad, además de ser “la causa principal de incapacitación”.

“Normalizamos el tener ansiedad, o que no dormimos porque tenemos pendiente un proyecto que nos preocupa, o nos intentamos autoconvencer de que es sólo una racha y todo va a pasar; sin embargo, éstos ya son síntomas más que suficientes para activar nuestro mecanismo de defensa y autocuidado, ya que no hay que estar “muy mal” para pedir ayuda”, sentenció la entidad, convencida de que la “mayoría” de la gente que llama a su servicio “lo debería haber hecho dos o tres meses antes”.

Por último, recordó que, “contra el estereotipo”, una persona con depresión puede “aparentar una vida normal, sonríe, se relaciona y esconde sus sentimientos y emociones cada día, pasando desapercibida incluso en su entorno”. “Éste es uno de los mayores desafíos al tratar la depresión, junto a la falta de recursos, la de comprensión y empatía o el estigma asociado a los problemas mentales”, apostilló, para hacer hincapié en “señales de alerta” como la pérdida de energía, la irritabilidad, la sensación de vacío, el aislamiento o la sintomatología ansiosa, entre otras.