El portavoz del Gobierno, Miguel Angel Rodríguez, vinculó esta decisión del régimen castristaa la reciente visita del Papa a la isla caribeña, por lo que consideró que el balance de la misma es muy positivo.

Rodríguez explicó que este tipo de gestos no afectan directamente a las relaciones entre España y Cuba, y que las negociaciones para restablecer la normalidad en las relaciones con el régimen castrista continúan en los mismos términos en que se habían desarrolado hasta ahora.

Advirtió, en nombre del Ejecutivo español, que en esa negociación global tendrá que incluirse la discusión sore política antiterrorista y la necesidad de que el embajador que nombre España pueda mantener contactos con "cualquier elemento de la sociedad cubana".