Lo dijo en una entrevista en Radiocable recogida por Servimedia en la que explicó que ésta fue una de las cuestiones por las que se interesó al poco de asumir la dirección del Ministerio de Cultura.

En ese sentido, avanzó que su departamento ha iniciado un “proceso de registro y catalogación” de aquellas obras de arte expoliadas por el franquismo a las víctimas y represaliados de la dictadura.

Arguyó que dicho proceso “no está completado”, lo que le sirvió para eludir profundizar en más detalles de las obras expoliadas y de las víctimas de esa expoliación. “Cuando lo esté, daremos cifras”, zanjó.

El titular de Cultura evitó confirmar si, llegado el caso, estas obras serían devueltas a sus legítimos dueños. “Hay que verlo caso por caso, según lo que diga la ley”, testimonió

Urtasun también comentó otros proyectos que su departamento ha puesto en marcha en materia de memoria histórica, como el proyecto de digitalización de los archivos de los más 150.000 exiliados republicanos españoles, entre ellos el de Jorge Semprún (1923-2011) que se encuentran en la Oficina Francesa de Protección a los Refugiados y Apátridas (Ofpra, por sus siglas en francés), para que sean más accesibles para las asociaciones memorialistas y para los familiares de aquellos.

CENSURA

En cuanto a la dirección general de derechos culturales que su departamento creará próximamente, subrayó que se dedicará a garantizar un acceso equitativo a la cultura para todos los españoles, con independencia de su lugar de residencia, y a luchar contra todas las formas de censura, coincidiendo con un momento en el que Vox “está cuestionando” la libertad de expresión en distintas partes de España.

Esto le permitió reiterar que en el Ministerio de Cultura se estudia “caso por caso” los distintos tipos de censura perpetrados por España, ya que en todos ellos, dada su heterogeneidad, no se puede actuar de manera uniforme.

Explicó que en las protestas de Vox a la obra de teatro ‘Altsasu’, que catalogó como en el marco de los acosos e intentos de coartar la libertad de expresión de los artistas, su departamento actúa defendiendo a éstos “políticamente”, como lo atestiguó la presencia de su ‘número dos’, Jordi Martí, en el estreno del montaje.

Luego ahondó en “otro tipo de censura más encubierta”, como la “voluntad de Vox de retirar la subvención del premio de poesía Miguel Hernández en Orihuela (Alicante), lo que definió como una “aberración”. En este caso, deslizó que “intervinimos políticamente y dijimos que no se puede hacer y logramos que no se retirase”.

En tercer lugar, situó otros casos más complejos, como la cancelación del Festival Periferias en Huesca, lo que sucedió, dijo Urtasun, porque el PP aceptó el “chantaje” de Vox.

Ante esta miríada de casos, señaló que “no hay una respuesta estándar para todos. Vamos caso por caso. Somos muy activos, y actuamos ahí dónde podemos y llegamos hasta dónde podemos”.

MUSEOS Y TAUROMAQUIA

El ministro también comentó su apuesta por “establecer espacios de diálogo e intercambio” en los museos que permitan “superar un marco colonial o anclado en inercias de género o etnocéntricas que han lastrado, en muchas ocasiones, la visión del patrimonio, de la historia y del legado artístico”.

Sobre este particular, se sorprendió del “ruido de la derecha”, ya que los museos “llevan adaptándose y abriéndose a muchas miradas desde hace tiempo”, tal y como los propios directos de estos espacios han comentado últimamente.

Respecto a sus proyectos para la tauromaquia, abundó en que su posición es conocida y reiteró que es “un firme defensor del derecho de los animales”. Luego de apuntar que “las tradiciones evolucionan y hay una mayoría de españoles que no consideran que la tortura animal sea aceptable”, confirmó que su departamento dialogará con el sector para “ver qué medidas podemos tomar”.

Declaró que el dinero público que Cultura dedica a la tauromaquia es “muy poco, prácticamente inexistente”, ya que el grueso recae en las comunidades autónomas. A pesar de ello, concluyó dejando claro que “la tortura animal no me gusta”.