Según informaron a Servimedia fuentes vecinales, el párroco, Emiliano S.S., de 67 años, que llevaba cuatro al servicio de la iglesia del pueblo, denunció el supuesto robo de la talla, que representa a San Miguel en lucha contra Lucifer, después de que varias vecinas denuncisen su desaparición el pasado mes de mayo.

Aunque en un primer momento el sacerdote aseguró que los presuntos ladrones podían ser los mismos que le habían sustraído del interior de su coche las llaves de la iglesia, las investigaciones abiertas por la Guardia Civil hicieron que Emiliano S.S. se presentase días más tarde en el juzgado para responsabilizarse del hurto.

La talla robada formaba parte de un retablo que ya había sido parcialmente expoliado en su anterior ubicación, en la ermita de Alcaaz, por lo que los vecinos de Morata de Jiloca habían conseguido su traslado a la parroquia del pueblo, en donde pensaban que se hallaría más seguro.

Por su parte, el Obispado de Tarazona, al que pertenece la parroquia de Morata, mantiene un absoluto hermetismo sobre el asunto, si bien Emiliano S.S. ha sido relevado de sus funciones y ya el pasado domingo no ofició la eucaristía.

Ese mismo día, según los vecinos consultados por Servimedia, un secretario del Obispado se desplazó hasta Morata de Jioca para anunciar a los feligreses que el sacerdote había presentado su renuncia.