Aznar ha concluido una hora y veinte minutos de discuso advirtiendo a los españoles de que cuando voten, en marzo, valoren el riesgo de sacar al PP del poder, porque "si no valoramos lo que tenemos o si lo consideramos como algo dado que no merece aprecio, podríamos enfrentarnos en el futuro a los riesgos de la inestabilidad política, del estancamiento económico o del aislamiento internacional".

Por eso se ha permitido proponer tres "tareas" cuando él ya no esté en la jefatura del Ejecutivo: mantener la Constitución de 1978 -"volver a situar a la sociedd española en el cuestionamiento de lo importante no haría si no volver a cargar sobre sus espaldas los mismos lastres que la impidieron avanzar", dijo-; segundo, perseverar en las reformas económicas que han permitido siete años de crecimiento ininterrumpido; y tercero, mantener la apertura al mundo.

En un intento de disipar las dudas que había en el ambiente político sobre la posibilidad de un adelanto electoral o de que dejara a su sucesor al frente de la Presidencia del Gobierno, Aznar ha dejado caro que va a seguir en el cargo y que habrá elecciones en marzo.

"El programa que impulso como presidente del Gobierno", ha dicho, "nunca ha sido un proyecto personal. Es el programa de un partido político que ha merecido la confianza mayoritaria de los ciudadanos en las dos últimas elecciones generales".

Toda su primera intervención de esta mañana ha estado cuajada de referencias al proyecto, no a las personas, porque "siempre he estado convencido de que la fortaleza de una democracia la da, másallá de las personas, la seriedad de los proyectos políticos y la solidez de los partidos".

Porque no quiere dar sensación de parálisis tras el debate de hoy y mañana, en espera de su sucesión, el Gobierno va a habilitar dos plenos extraordinarios del Congreso, las semanas del 8 y el 23 de julio. "Esta será una legislatura de reformas hasta el último día", insistió.

El Ejecutivo licitará los dos primeros trasvases del Ebro, dentro del Plan Hidrológico Nacional (PHN) y quedan pendientes de aprobacón parlamentaria leyes como las de Protección de Familias Numerosas, Víctimas de la Violencia Doméstica, no discriminación de personas con discapacidad o reforma de la prisión provisional.

YA NO HAY "CUENTAS PENDIENTES"

"España tiene una base bien cimentada, que es lo mucho conseguido en estos 25 años" o "España ha dejado de tener cuentas pendientes consigo misma", son algunas de las frases del que ha sido presidente del Gobierno en los últimos siete años durante su balance.

Como Aznar sostieneque el más grave desafío que tiene España en los próximos años son las ofensivas nacionalistas, en particular la del País Vasco, ha comenzado su discurso con un duro ataque contra el Plan soberanista del "lehendakari", Juan José Ibarretxe, al que ha advertido de que no admite un cambio constitucional que no vaya respaldado por el conjunto de los españoles.

Ese hipotético cambio sólo podría llevarse a cabo si es apoyado, al menos, por "la misma representación" que lo hizo en 1978, por encima del 70% deapoyo del censo español.

Aznar ha señalado que Ibarretxe no quiere fortalecer el Estado de Derecho, sino "debilitarlo y romperlo" con el proyecto de libre asociación, un plan que calificó como "artificio extravagante" sin cabida en ninguna doctrina constitucional ni en la UE.

Se trata de un "seudónimo encubierto de la independencia" que intenta vulnerar la soberanía nacional. "A la naturaleza constitucional y cívica de nuestro sistema de convivencia no puede contraponerse un proyecto étnico", dij. Un proyecto de partido no se puede imponer, "menos cuando ese proyecto resulta ser, objetivamente, el precio que se nos propone pagar a la violencia terrorista", insistió.

EL "ESTADO DE OPINION" ANTES DEL 25-M

En la última de sus intervenciones en el Debate sobre el Estado de la Nación, el presidente Aznar afirmó sin "triunfalismo" que "avanzamos en un camino claramente señalizado hacia el objetivo de derrotar al terrorismo". Lo ha hecho argumentando que la Ley de Partidos ha hecho posible que laselecciones del 25 de mayo sean "más libres" por la no presencia de Batasuna.

Para remachar esa vía, advirtió al PSOE, ambos partidos deben "reforzar" el Acuerdo por las Libertades y contra el Terrorismo, y los socialistas tienen que dejar de lado la "sorprendente acogida" que da en sus filas a tesis que implican cambios constitucionales, como las de Pasqual Maragall, que abren "incertidumbres".

El discurso del presidente del Gobierno ha sido seguido a ratos con aplausos desde el Grupo Popular y, n general, con silencio, salvo cuando ha dicho que "la red ferroviaria de alta velocidad empieza a desplegarse por toda España". Esto ha sido acogido con gestos de desaprobación desde los escaños de la oposición por los retrasos que acumula la línea Madrid-Barcelona.

También ha tenido palabras para los dos principales problemas que afrontó su gobierno en este año: el "Prestige" y la guerra de Iraq. Resaltó que la alta participación en las elecciones del 25 de mayo confirma que los ciudadanos se expresn, no en manifestaciones, sino "a través de la representación en las instituciones". "Creo que los españoles han votado con sentido de lo que estaba en juego, valorando proyectos políticos y no meros estados de opinión", advirtió.

Respecto al hundimiento del buque "Prestige" a 140 millas de las costas gallegas, José María Aznar, no ha hablado propiamente del desastre, sino que ha recordado que el Plan Galicia supone la inversión de 12.500 millones de euros.

Por lo que respecta a la guerra, Aznar a sentenciado que "España estuvo donde le correspondía estar, en la defensa de un mundo más seguro, más libre y más respetuoso con la legalidad internacional".