Estas cifras suponen una reducción de medio punto, con respecto al PIB, sobre el endeudamiento conjunto de las Administraciones Públicas en 1991, pero queda por enciema de las estimaciones más pesimistas del Gobierno, que lo cifraban en el 4,4. Su resultado, según Hacienda, es conscuencia de un aumento del 12 por cien en los recursos no financieros, mientras que los empleos no financieros lo hicieron en menor cuantía, un 10,2 por cien.

Sin embargo, fuentes del Ministerio de Economía consultadas por Servimedia indicaron que el endeudamiento global de todas las Administraciones Públicas creció en 1992 hasta los 3,35 billones de pesetas, lo que arroja una cuenta pendiente de pago, por parte del sector público, de 728.400 millones de pesetas, en concepto de compromisos de pagos aúnno realizados y que, por tanto, no están registrados en caja, como subvenciones, obras públicas, pagos por compras, etc.

La distribución del déficit por instituciones refleja que el Estado y los organismos que dependen directamente de él, son el el principal "agujero" de endeudamiento público, con un déficit de 1,417 billones de pesetas en 1992, seguido de las comunidades autónomas, 619.700 millones; Seguridad Social, con 361.000; los ayuntamientos, con 105.300, y el INEM, con 52.000.

Según Hacieda, estas cifras revelan que el Estado mantuvo el mismo déficit en 1992 que en 1991, un 2,4 por cien del PIB, y que el INEM lo redujo sustancialmente hasta situarlo en el 0,1 por cien, cuando en 1991 había sido del 0,7. Sin embargo, la Seguridad Social lo aumentó un 0,6 por cien.

Estas cifras revelan el efecto de reducción del gasto público que estarían teniendo medidas como el "decretazo" que rebajó las prestaciones para los parados y la revisión al alza de las tarifas del IRPF y los impuestos indiretos, que aumentó los ingresos fiscales, además del convenio de financiación de las comunidades autónomas, cuyo resultado ha sido una reducción en el peso del déficit de casi medio punto (0,4 por cien del PIB).

INGRESOS Y GASTOS

Los recursos no financieros de los que dispuso el sector público en 1992 ascendieron a 24,6 billones de pesetas, mientras que los gastos sumaron 27,2 billones. El "decretazo y el aumento de la presión fiscal contribuyeron a reducir gastos y elevar los ingresos, respectivament.

La presión fiscal aumentó un 1,81 por cien sobre los niveles que alcanzó en 1991, al situarse en el 36,69 por cien con respecto al PIB a precios de mercado, aunque el Gobierno sigue afirmando que está por debajo de la media de la Comunidad Europea, en donde el nivel medio fue del 40,8 por cien.

Las principales focos de aumento de ingresos fiscales fueron los impuestos de la Renta y el Patrimonio, 0,43 y 0,66 por cien, respectivamente, debido, según Economía, a la mayor recaudación originada porel nuevo sistema de estimación objetiva, a la entrada en vigor de ingreso de retenciones por parte de algunas comunidades autónomas y al desplazamiento de algunas devoluciones del IRPF a los primeros meses de 1993.

También las cotizaciones sociales reportaron un incremento en los ingresos de 0,7 puntos, debido fundamentalmente a la subida de un punto el las contribuciones para la financiación del sistema de protección al desempleo.

Sin embargo, la recesión sigue haciendo mella en los ingresos de acienda, ya que el Impuesto de Sociedades siguió acusando la caída de la actividad económica, con una reducción del 5,2 por cien en su recaudación, motivada por la desaceleración de los beneficios de las empresas.

Las empresas públicas y el Banco de España tuvieron un buen año en su conjunto, y reportaron al Tesoro Público unos ingresos de 727.300 millones de pesetas, un 38,9 por cien más que en 1991 .

GASTOS

En el capítulo de gastos, que crecieron un 13,4 por cien, tuvo una especial incidencialas operaciones de saneamiento para cubrir déficits anteriores de la Seguridad Social, por un importe de 125.900 millones de pesetas.

Las prestaciones sociales subieron su cuantía un 13,9 por cien, hasta alcanzar los 9,55 billones de pesetas; mientras que la cobertura a los parados se saldó con unos pagos de 1,89 billones, un 16,5 por cien más que en 1991.

Los incrementos más moderados del gasto se produjeron en las subvenciones y otras transferencias de capital a organismos y administraciones teritoriales, que sólo ascendieron un 3,8 por cien y se situaron en 1,86 billones de pesetas. esto se debe a que el descenso de las ayudas concedidas por el Estado (498.600 millones de pesetas) compensó el crecimiento del 20 por cien en las registradas por las comunidades autónomas (352.300).