En la operación se han intervenido 16 torres de grabación con más de 130 grabadoras, más de 30.000 unidades de discos compactos y 50.000 fotocopias de diferentes carátulas de discos de música y videojuegos.

Las investigaciones comenzaron hace varos meses, cuando la Guardia Civil se percató de la existencia en el mercado de una distribución masiva de copias ilegales de discos compactos.

Durante la operación, denominada "Julia", la Guardia Civil ha practicado registros en ocho domicilios que eran utilizados como laboratorios de grabación. En estos, se producían 3.000 CD diarios y se efectuaba el montaje con las copias de sus correspondientes carátulas.

Posteriormente eran trasladados a otros domicilios, donde se vendían al por mayor. El prcio aproximado de producción de cada unidad era de 125 pesetas, la organización los vendía por 250 pesetas y, una vez en el mercado negro, estas copias podían alcanzar las mil pesetas.

Los investigadores creen que la red funcionaba desde hace más de seis meses produciendo alrededor de medio millón de copias al mes, con lo que el fraude ascendería a los 8.000 millones de pesetas, siendo la operación más importante en Europa en relación a la falsificación ilegal de música y videojuegos.