Se trata de inyectar anticuerpos directamente en la región cancerosa. Este método no cura el cáncer, pero constituye un arma menos dañina que las radiaciones externas, según el estudio realizado con 34 pacientes.

Los anticuerpos inyectados portan isótopos radioactivos Iodina-131, que matan las células tumorales. En estos momentos, los investigadores están llevando a cabo el mismo experimento, pero con otros isótopos radioactvos, como el Astatine-211.

Las investigaciones están siendo financiadas por el Instituto de Salud Nacional de EEUU, la Sociedad Americana contra el Cáncer y el Ministerio de Energía. El cáncer de cerebro es responsable cada año de 12.000 muertes, tan sólo en Estados Unidos.