Díaz explicó, en sendas entrevistas en ‘TVE’ y ‘Telecinco’, recogidas por Servimedia, que el Rey, como jefe de Estado, asiste a estos actos “acompañado de una parte del Gobierno”, como ocurre en los viajes institucionales, y puso como ejemplo la toma de posesión del presidente de Uruguay, Yamandú Orsi, a la que acudieron Felipe VI, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, y ella misma.

“En este caso se procederá de idéntica manera”, aseguró. En esta ocasión, la representación del Gobierno estará compuesta por la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y el ministro de Presidencia, Félix Bolaños. El Ejecutivo ha invitado en esta ocasión al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. “Me causa sorpresa que cause sorpresa, pero es lo habitual”, recalcó Díaz para restar importancia a la ausencia del presidente del Gobierno.

En ambas entrevistas, la vicepresidenta segunda manifestó su “enorme tristeza” por la muerte del papa Francisco, porque “estaba vinculada a él” y “había afecto”. Díaz se entrevistó con el pontífice en dos ocasiones y aseguró que esos encuentros le ayudaron “en la toma de decisiones y en la vida política”.

La ministra de Trabajo se refirió al papa Francisco como “un referente intelectual”, que se comprometió en la lucha contra el cambio climático y en la defensa de las personas migrantes, y era “embajador del trabajo decente”.

“Estaba comprometido con la reducción de la jornada laboral, con reducir la desigualdad con el mundo del trabajo. Era un hombre con un poso político importante”, subrayó.

Díaz también lamentó que Francisco no visitara España a lo largo de su papado, a pesar de que en su primer encuentro habló con él sobre el Año Xacobeo. Tampoco fue posible un viaje a la isla de El Hierro, como comentó la ministra este miércoles.

La vicepresidenta segunda aseguró que seguirá el cónclave y el relevo del romano pontífice “con mucho interés”, y admitió que le gustaría que el próximo sucesor de Pedro continuase “el camino que ha abierto Francisco”.

“La Iglesia es una institución longeva. Es una forma de administración social absolutamente robusta. Yo no soy creyente, pero tengo pleno respeto por las personas que sí lo son, conozco la Doctrina Social de la Iglesia, he estudiado Derecho Canónico, y me gustaría que el camino que ha abierto el papa Francisco continuase. Este es el camino que me gustaría, el compromiso de una Iglesia misionera que sale de los palacios”, recalcó.