La Audiencia, que considera probado que Cándido Fénandez es responsable de varios delitos de amenazas, robos e incendios, ha absuelto al inculpado, al estimar que tiene alteradas las facultades mentales, hasta el punto de declararlo exento de toda responsabilidad penal.

Cándido Fernández presena un cuadro de debilidad metal y de personalidad psicopática que le impide frenar sus impulsos en el momento que ingiere una cantidad mínima de alcohol. Desde hace 5 años, su conducta ha cambiado radicalmente y ha pasado de ser un hombre tranquilo a una persona agresiva.

Según la sentencia, en febrero de 1993 Candido Fernández sustrajo del Hospital Psquiátrico de Mérida numeros alimentos y causó cuantiosos destrozos, además de dejar una nota amenazando a un médico.

Un mes mas tarde, entró en una asa, donde se bebió una botella de whisky, e incendió la vivienda. Posteriomete, hizo lo mismo en otras casas y en unas naves industriales, causando unos daños materiales cercanos a los 10 millones de pesetas.

La Audiencia considera evidente que el centro psquiátrico carece de seguridad para vigilar a enfermos mentales difíciles y destaca que durante las fechas en las que se cometieron los delitos existía un mandato judicial de guarda y custodia sobre Cándido Fernández, que ahora será internado en un entro psiquiátrico penitenciario.