Según dicha organización, a pesar de que tales problemas de salud se suelen asociar al invierno y a la temporada de frío, hasta un 20% de ellos se producen en verano.

Los expertos de SEPAR recomiendan tomar precauciones evitando, por ejemplo, temperaturas demasiado bajas por los aparatos de aire acondicionado, así como llevar alguna prenda ligera de ropa que pueda proteger en lugares más fríos mientras el cuerpo se aclimata.

Asimismo, el aire acondicionado también fomenta la resequedad de las mucosas nasales, lo que origina molestias respiratorias, por lo que es muy importante vigilar la adecuada hidratación del cuerpo tomando suficiente agua.

Por otra parte, estos especialistas también recomiendan que estos aparatos se conserven en condiciones óptimas de limpieza, ya que su mal mantenimiento puede contribuir a la aparición de enfermedades respiratorias como la legionelosis.

Los pacientes con Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) o asma, son especialmente susceptibles a los efectos de este sistema de ventilación al estar expuestos a sufrir agudizaciones de sus enfermedades, por lo que deben extremar las precauciones. Otros grupos de población especialmente vulnerables son los niños y ancianos.