Los análisis realizados por el Instituto de Salud Pública de Navarra han detectado en el líquido la presencia de un álcali que resulta cáustico para el organsmo.

Los dos trabajadores, Nicolás Gandarias, natural de Galdácano (Vizcaya) y de 71 años, y Unai Corral, nacido en Lemona (Vizcaya) hace 19 años, ingresaron en el servicio de Urgencias del Hospital Virgen del Camino de Pamplona con esofaguitis cáustica, después de haber bebido el pasado viernes la citada botella de agua.

Las lesiones, según los médicos que les atendieron, no presentaban complicaciones y el sábado fueron trasladados al Hospital de Galdácano, al haberlo solicitado así los dos trabjadores, que son vecinos de Bilbao.

El Juzgado de Guardia de la capital navarra ha abierto diligencias por estos hechos y el mismo viernes ordenó a la Guardia Civil que requisara el agua embotellada que estuviera almacenada en el citado restaurante.

La botella que ambos heridos habían consumido era la última de un lote adquirido el pasado año y que tenía fecha de caducidad de 1998. El resto de los envases, hasta un total de 182 botellas, fueron precintados y retirados de la venta para su análisis

La dueña del establecimiento ha señalado que la botella de agua fue abierta en la mesa por los propios comensales, extremo que fue corroborado por un médico que atendió a los dos vizcaínos y a quien ellos se lo relataron.