Los sindicatos han hecho coincidir esta primera acción de protesta con la celebración este 7 de octubre de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, presentando además un manifiesto con el lema ‘Justicia salarial’.

“El mundo necesita un nuevo contrato social en el que la justicia salarial ocupe un lugar central. Hay que acabar con el déficit mundial de 575 millones de puestos de trabajo, respetar los derechos fundamentales de los trabajadores y las trabajadoras, acabar para siempre con la discriminación por motivos de género, ampliar la protección social a todas las personas y construir una economía mundial inclusiva, libre de los vestigios del colonialismo”, indica el texto.

Tras las concentraciones ante las sedes patronales, que en Madrid se celebrarán ante la propia CEOE a las 11.00 horas y en Barcelona ante la patronal Foment, UGT y CCOO desarrollarán acciones informativas en distintos centros de trabajo, especialmente en sectores cuyo convenio colectivo se encuentra sin renovación. El reparto de folletos tendrá lugar entre el 14 y el 28 de octubre.

Posteriormente, el 3 de noviembre convocarán una “gran manifestación” en Madrid, sin descartar seguir movilizándose en el futuro si CEOE no reconsidera su posición en la negociación colectiva.

UN ATÍPICO

En la presentación del calendario de movilizaciones, Álvarez recordó que la inflación se encuentra muy por encima de la revalorización de los salarios en convenio que, de media, se han incrementado en lo que va de año un 2,6%. “España es un atípico. Somos el segundo país por la cola en relación con aumentos de los salarios de los trabajadores”, alertó.

“Este proceso de movilizaciones no lo hacemos porque queramos, lo hacemos forzados por la intransigencia de una patronal que solo piensa en ganar cada día un poco más, de una patronal que no ha dado ninguna explicación de cuál es la razón de por qué no están negociando los convenios”, agregó el líder de UGT.

Por su parte, el secretario general de CCOO, Unai Sordo, dijo que la visión de CEOE es “cortoplacista” y afecta a la desigualdad social. Pero advirtió también de que la pérdida “de caballo” de poder adquisitivo de los ciudadanos que se está produciendo va a “afectar” también al crecimiento de la economía por la caída de la demanda interna.

De hecho, Sordo remarcó que las posiciones económicas todavía “no recogen en ningún escenario” recesión en el país, pero sí que para 2023 el crecimiento del PIB puede estar en el entorno del 1,4% o el 1,5%. “Con la devaluación salarial se perjudica a la demanda interna. Es un problema económico de primera magnitud”, aseveró.