En una intervención junto al presidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga, en el polideportivo Las Traviesas de Vigo ante mies de simpatizantes, Aznar insistió en que no va a contestar a los ataques que está recibiendo por parte de destacados dirigentes del PSOE y del Gobierno.

"Los españoles", dijo, "ya estamos cansados que desde el poder socialista sólo se nos ofrezcan frases recurrentes y no soluciones a los problemas reales (...) Hay que decirle al PSOE que lo último que este país necesita es un PSOE radical, que lo último que este país necesita es la división. España necesita esfuerzo común y cohesión. Me preguntan esos días: ¿es que no vas a contestar a los insultos que te lanzan desde el PSOE?, y yo respondo: no, simplemente no".

Para reafirmar sus palabras, el presidente del PP dijo que no va a cambiar su actitud, "aunque me insulte el Gobierno entero, ministro a ministro, cargo por cargo. Somos la esperanza y estamos obligados a sembrar esperanza".

El líder popular definió la campaña electoral como una pugna entre los que se van y los que van a gobernar. "A los que se van no les importa crispar la socieda ni descalificar. A los que vamos a gobernar lo que nos importa es ofrecer acuerdos, tender la mano, buscar el diálogo y ofrecer propuestas".

"A los que van a dejar los gobiernos autonómicos y los ayuntamientos", continuó, "no les importa buscar el enfrentamiento y la división. A los que llegamos, lo que nos importa es tener un país unido y cohesionado. Tenemos que mirar al futuro porque nuestro objetivo no son las próximas elecciones, sino la próxima generación".

Aznar sí criticó la crispación ala que, a su juicio, está llevando el Gobierno y el Partido Socialista a la sociedad en esta campaña electoral y dijo que "se puede perder el poder, pero nunca el talante democrático ni la dignidad".

El presidente del PP pidió a los votantes y candidatos del PP que aguanten el tirón, lo que no les será difícil, porque en los últimos 5 años, desde que él llegó al poder, "el PP ha tenido que afrontar pruebas muy difíciles".

"Aún nos queda el último tirón y quizá sea el más difícil", dijo. "Nadie no va a regalar nada. Los socialistas no se irán del poder como la UCD, se agarrarán al sillón, insultarán..., pero tendrán que irse porque les ganaremos en las urnas. Y el 28 de mayo llegará una nueva era. No quiero cheques en blanco, pero no quiero apáticos; quiero los votos de los que estén dispuestos a arrimar el hombro para sacar España adelante".

En este mismo tono insistió a los candidatos y militantes en que no entren a las provocaciones y que hablen a España de "lo que el país necesita, de sus roblemas y de las soluciones. Y levantar la cabeza. Llevarla siempre alta, pues nunca un partido se ha presentado ante la urnas con tanta sinceridad como nosotros: sin promesas falsas, sin adulaciones, sin mentiras. Simplemente, con honradez, con los mejores candidatos y con la seriedad de quien sabe que gobernar es estar permanentemente al servicio de los ciudadanos".