El detenido, que solía hacerse pasar por militar en misión especial en Iraq y sobre el que pesaban siete reclamaciones judiciales, está acusado de robos con fuerza falsificación, hurto y usurpación de funciones, según informó hoy la Dirección General de la Policía.

La investigación comenzó hace una semana, tras la denuncia presentaba por una mujer residente en Madrid, a la que había sustraído varias tarjetas de crédito, con las que efectuó diversas operaciones.

La víctima y el estafador se conocieron a través de un "chat" de contactos en Internet, posteriormente se conocieron personalmente y llegaron a mantener una relación de noviazgo. La mujer incluso aljó en su domicilio a Francisco Javier H., que decía ser militar del Ejército de Tierra y hallarse en misión especial en Iraq. A veces iba por la calle vestido con el uniforme y las divisas correspondientes.

Durante el tiempo que mantuvieron relaciones, él no dejó de hacerle regalos y agasajarla de mil maneras, pero la mujer descubrió finalmente que era ella misma la que, sin saberlo, había pagado todo.

NO PERDIA EL TIEMPO

Francisco Javier H.C. está acusado de 12 delitos similares cometidos en dstintas ciudades, como Madrid, Ciudad Real, Cuenca, Huesca o Alicante. En todos los casos fingía ser militar y establecía contacto a través de Internet.

En Cuenca engatusó a una mujer de 27 años, a la que sustrajo 900 euros de la cuenta y 886 de la de su padre. El pasado mes de junio, en Almería, robó a otra de sus víctimas joyas por valor de 6.000 euros. En julio conoció a una mujer de Barcelona, a la que sustrajo las tarjetas bancarias, con las que hizo distintos pagos. Ese mismo mes engañó a otra mjer en Coslada (Madrid), tras asegurar que era piloto del Ejército. Se instaló en el domicilio de la víctima y le robó la liquidación que ésta había percibido.

Las investigaciones han puesto de manifiesto que Francisco Javier H. no perdía el tiempo y había iniciado una nueva relación. Como siempre, envió a la víctima su fotografía y aunque en esta ocasión dijo que era periodista, su obsesión con el Ejército hizo que completara la historia con un supuesto destino en Iraq, ya que con anterioridad, aseguó, había sido militar.

En el momento de ser detenido la policía le intervino, entre otros efectos, un uniforme militar de campaña, las estrellas de teniente de Artillería, un carné profesional de teniente del Ceseden, una medalla del Ejército del Aire, varias tarjetas de crédito de distintas víctimas y joyas.

La policía no descarta que el detenido, que ha estado arrestado en ocho ocasiones y que tenía en vigor siete reclamaciones judiciales por hechos similares, esté implicado en más delitos del ismo tipo.