Energía

Endesa vuela la tercera caldera de la central térmica de Andorra, última de las estructuras esbeltas de la planta

MADRID
SERVIMEDIA

Endesa procedió este viernes a la voladura de la tercera caldera de la central térmica de Andorra, última de las estructuras esbeltas de la planta y un paso más en el proceso de cierre y desmantelamiento de las centrales de carbón que la compañía está llevando a cabo y que completará en la península en el año 2027.

La demolición de las tres calderas de la central, junto con la voladura de las tres torres de refrigeración y de la chimenea de 343 metros de altura ha supuesto un “hito”, no solo por el simbolismo de las estructuras sino también desde un punto de vista técnico, según explicó la compañía energética en un comunicado.

Para la realización de estas actuaciones, ha sido necesario diseñar exhaustivos procedimientos con el objetivo de garantizar unas “condiciones absolutas de seguridad y efectivas de demolición”. Esta misma prevención se está aplicando en todos los procesos que conforman los trabajos de desmantelamiento y demolición de la planta.

En el caso de la voladura de las calderas el proceso ha sido complejo al tratarse elementos metálicos cuyo proceso de análisis, estudio y ejecución son diferentes a los de la demolición de estructuras de hormigón. La ejecución de estos trabajos es el resultado de un proyecto específico previo en el que se ha analizado estructuralmente la afección de los trabajos preparatorios, así como la dinámica de la voladura, su secuencia, dirección de caída, medidas mitigadoras de las afecciones, medidas de vibraciones y puesta en seguridad de todos los elementos y estructuras afectadas.

Para la demolición se han utilizado 340 detonadores y 620 Kg de explosivo y se ha fijado un radio de seguridad de 400 metros. El empleo de explosivos es el procedimiento más seguro. Una vez que la caldera está en el suelo se realizan los trabajos de corte y preparación para el transporte con máquinas pesadas, lo que evita tener que hacer trabajos con operarios en altura y se maximiza la seguridad del proceso.

La voladura de cada una de las calderas ha producido alrededor de 10.000 toneladas de residuos metálicos que serán gestionados de acuerdo con la normativa medioambiental. Estos residuos serán valorizados para su posterior uso. Cada una de las calderas de la central tenía 70 m de altura y 780 metros cuadrados de superficie en planta.

La central térmica de Teruel (Andorra), construida entre los años 1974 y 1979, ha estado más de cuatro décadas operativa, creando un vínculo muy arraigado en la zona. Una vez que Endesa solicitó el cierre de la central en 2019, inició su proceso de desmantelamiento y la elaboración de un plan de futuro para la zona que contempla la implantación de nueva industria y el desarrollo de 1.843 MW de nueva potencia, esta vez, renovable.

“El desmantelamiento de la central térmica Teruel es una operación de gran complejidad técnica que está movilizando ingentes recursos”, indicó Endesa, que detalló que alrededor de 250 personas de mano de obra directa se están ocupando de los trabajos hasta su finalización en 2025.

Como acompañamiento, Endesa ha promovido cursos de formación en Prevención de Riesgos Laborales en trabajos de desmantelamiento y operación en instalaciones industriales, de la que se han beneficiado 170 personas de la zona con el fin de promover la contratación local de personal especializado, una acción que ha permitido formar a más de 2.000 personas en toda España para diferentes cualificaciones relacionadas con esta actividad.

Por último, Endesa desgranó algunos de los proyectos que realiza en la zona ahora y en el futuro para contribuir a la mejora social, económica y medioambiental.

(SERVIMEDIA)
19 Ene 2024
DMM/clc