Según informó este miércoles el Consejo General de Enfermería (CGE), en el último informe entregado por el Ministerio de Interior del país africano se contabilizaron 2.946 muertos y más de 5.400 heridos.

Por ello, el presidente del CGE, Florentino Pérez Raya, apuntó que “las enfermeras españolas, a través de su Organización Colegial, nos queremos volcar con la población marroquí, tras el terremoto de 6,8 que sacudió Marruecos el pasado 8 de septiembre. Con este envío queremos que la población disponga de un lugar para cubrir las necesidades de una población que sigue sufriendo las consecuencias del temblor agravadas por el invierno”.

A esto añadió que tras una catástrofe de esta magnitud, las primeras intervenciones tienen como objetivo principal salvar vidas, ya que meses más tarde es cuando empieza lo más complicado: la recuperación. Es decir, hay que reestablecer el acceso a servicios esenciales como la salud, el saneamiento y la vivienda.

ÁREAS DE DIFÍCIL ACCESO

El material, comprado en el comercio marroquí para favorecer y reavivar así la actividad socioeconómica local y fomentar la autosuficiencia de la población más afectada, se adquirió con la colaboración de la Asociación Marroquí de Planificación (AMPF) que será quien se encargue de distribuirlo en las zonas más afectadas.

En este sentido, la enfermera coordinadora de Solidaridad Enfermera, Isabel Abero, aseguró que desde esta organización “se quiere prestar apoyo a la población afectada para su recuperación y consideramos que es imprescindible coordinar las acciones con agentes locales que desde primera línea son claros identificadores de las necesidades de máxima urgencia y consiguen llegar a áreas de difícil acceso”.

A esto añadió que “en todo este trabajo en equipo la figura de las enfermeras y enfermeros es clave, ya que son ellos quienes valoran las necesidades básicas y determinan qué cuidados necesita esta población vulnerable”.