Según un comunicado de la empresa estatal siderúrgica, su temor se funda en que "en un periodo de 8 días se producen 4 paradas y arranques, lo que unido al avanzado estado de la campaña de los hornos, supone un riesgo adicional de consecuencias imprevisibles, que pueden llegar a comprometer la vida prevista para dichos hornos".

Ensidesa estaca "el carácter abusivo" de esta huelga y señala que "su desarrollo intermitente no respeta los principios de proporcionalidad consagrados en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional".

La dirección de la empresa añade que "no se trata de cuestionar el derecho a la huelga, sino la forma en que ha sido convocada", e indica que "si en los días intermedios de la huelga no fuera posible reanudar el proceso productivo, la empresa llevaría a cabo aquellas medidas que le permita la normativa convencinal y legal vigentes".

Según estima Ensidesa, las pérdidas de producción de acero por estas huelgas intermitentes serán de 12.000 toneladas más que las que se producirían si los paros fueran consecutivos, y prevé que se dejarán de producir 64.000 toneladas de acero en esos cuatro días de huelga.