El Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó ayer el real decreto que regula las moficaciones introducidas en el plan, y desde hoy, unas 250.000 familias -según las estimaciones del Ministerio de Vivienda- podrán beneficiarse de las mismas.

Entre las novedades de la reforma, cuya aplicación costará 75 millones de euros, se encuentra la figura del alquiler con opción a compra en viviendas de protección oficial (VPO) y la flexibilización de las condiciones que han de cumplir los interesados para acceder a determinadas ayudas.

Por ejemplo, se suprime el requisito de superficie máxima de 120 metros cuadrados y se eleva el importe que pueden percibir por el alquiler para poder recibir la ayuda de 6.000 euros para los propietarios que decidan sacar su piso al mercado. Además, se extiende esta ayuda a los promotores inmobiliarios.

Por el lado de la demanda, la novedad se encuentra en la ayuda directa de 240 euros al alquiler para las rentas más bajas, ya que se facilitará la percepción de la ayuda a colectivos que ahora tenían dificultades bien por la renta que pagaban, bien por la superficie de la vivienda.

Para fomentar la compra de viviendas usadas, se incrementan entre un 12,8 y un 20,5% (dependiendo de las ciudades) los precios máximos de viviendas libres cuya compra está subvencionada, al tiempo que se reducirá a un año el plazo para que una vivienda libre nueva pueda ser considerada usada.

Por otra parte, con la reforma también se flexibilizan las condiciones para la promoción de vivienda protegida de régimen especial y de precio concertado, ajustando los precios del Plan Estatal a los que tienen la mayoría de comunidades autónomas y que crecerá entre un 17,7% y un 28,15%, hasta un máximo de 316.000 euros.

REHABILITACIÓN

Otro de los objetivos de la reforma del Plan de Vivienda es mejorar la financiación de la rehabilitación, posibilitando que los promotores y propietarios de las viviendas rehabilitadas puedan acceder a préstamos protegidos haciendo más viables las operaciones de rehabilitación de los centros históricos y urbanos.

Además, se amplia el concepto de áreas de rehabilitación, creando uno nuevo: áreas de renovación urbana, en las cuales se podrán derribar viviendas que se encuentran en zonas muy degradadas para construir otras nuevas.