El industrial ferrallista (traajo relacionado con las varillas metálicas que se emplean en las estructuras de hormigón armado de la construcción), que devolvió en ese momento parte de las 215.000 pesetas robadas, justificó su acción por la precaria situación económica que atravesaba, debido a impagos por trabajos realizados. Otra parte del botín, 130.000 pesetas, se la había entregado a uno de sus 4 empleados, con los que tiene deudas laborales.

Los funcionarios comprobaron que a las 9 de la mañana de ese mismo día se había producdo un robo con intimidación en la Caja de Ahorros de Cuenca y Ciudad Real de la mencionada localidad.

El autor utilizó un cuchillo, con el que hirió al único empleado de la sucursal en una mano y un brazo, con sección de tendones. Tras el asalto, el agresor abandonó el arma y cerró la puerta de la entidad bancaria.

Después de entregarse voluntariamente, el presunto atracador llevó a los funcionarios a su domicilio, donde tenía el resto de lo robado.

Según manifestó el detenido, que hoy pasódisposición judicial, había acudido en dos ocasiones anteriores a la caja de ahorros de Carranque, pero hasta ayer no se decidió a atracarla. Ya conocía, por tanto, al empleado, con quien había estado tomando un café.

A primera hora de la mañana de ayer, cuando el trabajador abría la sucursal, le abordó y pasó con él al interior. Esgrimió el cuchillo que llevaba, aquél se resistió y, en el curso del forcejeo, le causó las heridas descritas.