ESCRITORES Y PERIODISTAS DEBATIRAN SOBRE EL INFLUJO DE LOS NOMBRES EN EL DESTINO DE LAS PERSONAS
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Un gupo de escritores y periodistas analizarán el próximo 24 de mayo en los salones de la FNAC de Madrid el influjo de los nombres en el destino de las personas, en un debate sobre el libro "Lo tuyo no tiene nombre", del periodista de Radio Nacional Juan Antonio Tirado.
En el debate participarán, junto al autor, el periodista Julio César Iglesias, el humorista El Gran Wyoming, y el escritor Ramón Irigoyen, según informó a Servimedia el propio Juan Antonio Tirado.
El autor de "Lo tuyo no tiene nombre"indaga en su libro si los Abundios pueden ser avispados hombres de negocios, si cabe la posibilidad de responder al nombre de Pedro sin tener un carácter testarudo o si es posible llamarse Rufino o Josefa sin engordar. Las respuestas son, en todos los casos, rotundamente negativas.
Tampoco oculta el autor la vena demente de los Luises o la maldad de las Enriquetas, al tiempo que ofrece cómodas fórmulas para transformar nombres pensados para el frío del invierno en risueños apelativos estivales: Ladislo en Lalo, Mercedes en Merche o Rodrigo en Rodri.
"Lo tuyo no tiene nombre" pone de manifiesto el vertiginoso cambio que ha experimentado el campo de la onomancia en el último medio siglo.
"El salto que va de Nemesio a Borja, el abismo que separa a Visitación de Vanesa", señala, "marcan las fronteras entre un país rural, sumido en la miseria, y esta España de fin de siglo, integrada en Europa y consumista, en que las tristes cartillas de racionamiento han sido sustituidas por las coloristas tarjeas de crédito".
Juan Antonio Tirado recuerda que los padres de los años cuarenta todavía ponían a sus hijos nombres como Anacleto, Wenceslao, Eustaquia o Primitivo; los de los cincuenta se pasaron al Manolo, Pepe, Pepa, Concha o Carmen; y los sesenta del desarrollismo trajeron nombres compuestos como José Antonio, Juan Manuel, José María, Juan Carlos, Ana María o Maria del Carmen.
Los vástagos de quienes nacieron en los sesenta llevan nombres eufónicos y ahora los críos de los ochenta y noventa s llaman Sonia, Vanesa, Tamara, Iván, Alba, Borja, Arancha, Sandra o Jenifer.
A juicio del autor, no parece descabellado aventurar que en el 2000 triunfe una linea "galáctica, espacial, tecnológica y futurista. ¿Alguien se extrañaría de que los alevines del 2001 se llamasen Big Bang, Maria de las Galaxias, Juan Ozono, Borja Macintosh, Estrella Polar o Samantha Software?".
"Lo tuyo no tiene nombre" destaca también la decadencia del don y del usted, tratamiento este último que ha pasado de ser una frmula de respeto a "un arma arrojadiza contra el prójimo. Un modo de herir su sensibilidad y recordarle de modo encubierto que han pasado sus mejores años, que ha perdido su gancho juvenil".
(SERVIMEDIA)
02 Mayo 1995
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