Así lo dijo el ministro al inicio de su intervención para clausurar el 11 Encuentro del sector asegurador organizado por el IESE.

Escrivá hizo referencia a la votación e indicó que el dictamen salió adelante con 19 votos a favor, 12 en contra y seis abstenciones, “con lo cual, todo apunta a que probablemente” en el Pleno del Congreso del 9 de junio tendrá una mayoría “suficiente” e “incluso superior”.

Con ello, el ministro señaló que la nueva ley podrá estar lista a principios de julio, una vez que pase el trámite en el Senado y sin que se introduzcan cambios.

Escrivá valoró la ley como “muy ambiciosa” y afirmó que con su aprobación se cumple con una de las reformas incluidas en el plan de recuperación del Gobierno fijada para el primer semestre del año.

“Esperamos que con los desarrollos reglamentarios podamos tener a principios del año 2023 el nuevo marco de referencia de los planes de empleo completamente en marcha”, subrayó.

El ministro justificó el cambio en los incentivos fiscales desde los planes de pensiones individuales hacia los de empleo en que estaban beneficiando a las rentas más altas. En concreto, indicó que dos terceras partes de las ventajas fiscales las obtiene el 10% de las personas con más renta.

Al ser preguntado sobre el porcentaje de PIB que estará en los planes de pensiones de empleo o cuánto debería estar aportando el segundo pilar (planes individuales y de empleo) a la jubilación, señaló que en una década deberían alcanzarse los 25 puntos de PIB frente a los dos puntos actuales.

Para compensar el aumento del gasto en pensiones que se va a producir con mayor intensidad en los próximos años, el ministro recordó que se ha pactado el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI) que supondrá un aumento en las cotizaciones, y recordó que “si no fuera suficiente, hay una regla que implica que habrá que tomar medidas a principios de los años 30”.

También manifestó que el destope de la base máxima que se está negociando con los agentes sociales junto con la pensión máxima “manteniendo estrictamente la contributividad” será otra medida para generar ingresos y si se aplica “gradualmente en un periodo de 30 años” generará recursos en la década de los 30 y los 40.

Escrivá manifestó tener “mucha esperanza” en los incentivos a la jubilación demorada para elevar la edad efectiva de retiro en dos años en los próximos 25 años.

El ministro aprovechó para quejarse de “la capacidad reduccionista de un problema tan complejo” por parte de quienes aplican “determinadas métricas” y defendió que quienes están “detrás de esto” es gente “muy especializada”.