Así se recoge en el duodécimo informe ‘El Estado de la Pobreza en España’, referido al año 2021, elaborado por la Red Europea de Lucha contra la Pobreza (EAPN, por sus siglas en inglés), que fue presentado este viernes en el Congreso de los Diputados en el marco de la conmemoración del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, que se celebra el lunes.

En el acto estuvieron presentes el presidente de EAPN, Carlos Susías; el sociólogo y autor del informe, Juan Carlos Llano; y Aitana Alguacil, técnica de Incidencia y Estudios de la Red.

El estudio pone de manifiesto que un total de 13,1 millones de personas, el 27,8% de la población, estaba en riesgo de pobreza y/o exclusión social en 2021 (Indicador Arope), un 0,8% más que el año anterior. En términos absolutos, unas 380.000 nuevas personas entraron en esta situación en los últimos 12 meses.

En ese sentido, Juan Carlos Llano adujo que “los menores son un factor de riesgo de pobreza”, como lo atestigua que la renta media de hogares sin niños sea de 4.880 euros, mientras que la renta media de los hogares con chavales a cargo se quede en 3.400 euros. A su vez, el 54,3% de los hogares de un solo adulto con uno o más hijos vive en riesgo de pobreza o exclusión social.

Por territorios, España se divide en dos mitades, en las que en las comunidades del norte del país tienen tasas bajas en los indicadores de pobreza y exclusión y, en su mayoría, homologables con los países más desarrollados de la UE; mientras que en las regiones del sur los guarismos son muy elevados.

Por su parte, un total de 10.269.000 personas estaba en riesgo de pobreza en 2021, el 21,7% de la población española, un incremento del 0,7% comparado con 2020, lo que se traduce en 300.000 personas más.

A pesar de ello, el escudo social impulsado por el Gobierno para afrontar las consecuencias socioeconómicas provocadas por la pandemia redujo la tasa de pobreza en todo el país un 3,2%, evitando que 1,5 millones de personas se viera en esta situación.

Sin embargo, el estudio apunta que debe evitarse el triunfalismo, puesto que grandes medidas como los ERTE no alcanzaron a toda la población, excluyendo a quienes tenían contrataciones con irregularidades o modos de supervivencia propios de la economía sumergida.

A ello se suma que, tal y como observan las entidades del Tercer Sector, las ayudas llegan de forma desigual a quienes se encuentran en pobreza severa o cerca de ella, una realidad en la que viven 3,9 millones de personas, el 8,3% de la población, un 0,2% más que en 2020.

Cabe recordar que se considera que las personas están en privación material severa cuando no pueden permitirse cuatro de los siguientes elementos de consumo: comer carne, pollo o pescado al menos dos veces al día; mantener la vivienda con una temperatura adecuada; disponer de capacidad para afrontar gastos imprevistos; tener retrasos en el pago de gastos relacionados con la vivienda principal o en compras a plazos en los últimos 12 meses; ir de vacaciones al menos una semana al año; disponer de teléfono; contar con un televisor; mantener una lavadora; o disfrutar de un vehículo.

Este indicador parece reducirse, una vez superada la época de mayor dureza de la crisis provocada por la pandemia, como lo ilustra el hecho de que haya bajado en siete comunidades autónomas, mientras que otras cuatro soportaron incrementos muy ligeros, inferiores al 1%.

Por su parte, el 44,9% de la población tiene dificultades para llegar a final de mes, un 0,3% menos que en 2020. A pesar de ello, algo más de la mitad de los españoles vive al límite de sus posibilidades, y el 21,6% está ya en el límite, es decir, vive en hogares en los que se llega a fin de mes con dificultad o mucha dificultad.

Prueba de ello, es que el 4,3% de la población no puede mantener su temperatura a una temperatura adecuada y el 36,2% de las personas en riesgo de pobreza gasta más del 40% de su renta en la vivienda.

El informe también se hace eco de los datos de pobreza severa, una situación en la que se encuentran 4,8 millones de personas, el 10,3% de la población, un 0,8% más que en 2020.

Por otro lado, el 11,6 % de las personas menores de 64 años (4,4 millones) vive en hogares con baja intensidad de trabajo, es decir, en familias en los que sus miembros en edad de trabajar sólo consiguen hacerlo por debajo del 20% de su potencial máximo. Esto supone un 1,6% más que en 2020.

En lo concerniente a la brecha de pobreza (la cantidad de dinero que una persona necesitaría ingresar para dejar de ser pobre) se ha incrementado un 0,3%, pasando del 29,4% de 2020 al 29,7% de 2021; mientras que la renta media se redujo en 23 euros.

Respecto de la desigualdad, la renta del 20% más rico es 6,2 veces elevada que la del 20% más pobre, convirtiendo a España en el sexto país con la tasa más alta de la UE, sólo superado por Bulgaria, Letonia, Lituania, Rumanía y Portugal.