Así se desprende de datos provisionales proporcionados por las comunidades autónomas al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, comprendidos entre el 1 de enero y el 15 de junio de 2025.

Esos datos, a los que tuvo acceso Servimedia, indican que la media de superficie calcinada en enero del último decenio es de 31.380 hectáreas. Los mejores años son 2016 (6.363,31 hectáreas), 2018 (9.482,76) y 2025 (12.683,45), y los peores, 2023 (65.828,55), 2022 (51.139,78) y 2017 (46.990,75).

Hasta el 15 de junio de este año se registraron 2.359 siniestros forestales, de los que 867 fueron incendios (que arrasaron al menos una hectárea) y 1.492 conatos (con menos de una hectárea quemada).

De las hectáreas arrasadas, que abarcan un 0,046% del territorio nacional, un total de 2.874,63 corresponden a vegetación herbácea (pastos y dehesas) y el resto a vegetación leñosa, concretamente 9.107,47 hectáreas de matorral y monte abierto, y 701,36 de superficie arbolada.

ZONAS GEOGRÁFICAS

Por otro lado, el noroeste peninsular (Asturias, Cantabria, Galicia, País Vasco y las provincias de León y Zamora) concentró un 49,5% de los incendios y conatos forestales, mientras que el resto de los siniestros se repartieron entre las comunidades interiores (las provincias de las regiones no costeras, salvo León y Zamora), con un 31,1%; el Mediterráneo, con un 18,9%; y Canarias, con un 0,5%.

En cuanto a la superficie forestal arrasada por el fuego, el 67,5% pertenece al noroeste; un 16,9% al área mediterránea, y un 15,6% a las comunidades interiores.

La mayor cantidad de superficie arbolada arrasada por el fuego se produjo también en el noroeste (66,9%), por delante de la fachada mediterránea (18,8%) y las comunidades interiores (14,3%).