Así se desprende de datos provisionales proporcionados por las comunidades autónomas al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, comprendidos entre el 1 de enero y el 22 de junio de 2025.

Esos datos, a los que tuvo acceso Servimedia, indican que la media de superficie calcinada en enero del último decenio es de 34.769 hectáreas. Los mejores años son 2016 (9.189,17 hectáreas), 2018 (9.622,71) y 2025 (16.734,40), y los peores, 2022 (71.421,50), 2023 (66.794,37) y 2017 (49.318,72).

Hasta el 22 de junio de este año se registraron 2.637 siniestros forestales, de los que 921 fueron incendios (que arrasaron al menos una hectárea) y 1.716 conatos (con menos de una hectárea quemada).

De las hectáreas arrasadas, que abarcan un 0,06% del territorio nacional, un total de 4.815,10 corresponden a vegetación herbácea (pastos y dehesas) y el resto a vegetación leñosa, concretamente 11.214,50 hectáreas de matorral y monte abierto, y 704,80 de superficie arbolada.

ZONAS GEOGRÁFICAS

Por otro lado, el noroeste peninsular (Asturias, Cantabria, Galicia, País Vasco y las provincias de León y Zamora) concentró un 46,4% de los incendios y conatos forestales, mientras que el resto de los siniestros se repartieron entre las comunidades interiores (las provincias de las regiones no costeras, salvo León y Zamora), con un 33,1%; el Mediterráneo, con un 20,0%; y Canarias, con un 0,5%.

En cuanto a la superficie forestal arrasada por el fuego, el 53,6% pertenece al noroeste; un 34,9% a las comunidades interiores, y un 13,5% al área mediterránea.

La mayor cantidad de superficie arbolada arrasada por el fuego se produjo también en el noroeste (57,7%), por delante de la fachada mediterránea (23,4%) y las comunidades interiores (18,9%).