El Ministerio de Obras Públicas y Transportes invirtió el año pasado en defensa contra avenidas e inundaciones más de 26.000 millones de peseta.

Sin embargo, en 1991 este fenómeno causó siete muertos, uno menos que los rayos y tormentas, trece menos que los aludes de nieve y quince menos que los accidentes en mar debido a temporales, que además motivaron 64 desapariciones.

Ante esta situación, la Secretaría de Estado para las Políticas del Agua y el Medio Ambiente ha decidido establecer plazos para ejecutar un programa que permita un adecuado conocimiento de las zonas inundables y su delimitación geográfica.

La Administración centrl remitirá esta delimitación a aquellas otras con competencias urbanísticas, para que consideren la calificación de estos terrenos como suelo no urbanizable.

Además, el Plan Hidrológico Nacional vinculará la percepción de ayudas públicas para la prevención o reparación de daños producidos por las inundaciones en las áreas incluidas en el citado programa a la existencia de una póliza de seguros por parte del interesado.

Asimismo, incluye la declaración de interés general de una serie de infraestruturas de defensas en todo el país, tales como embalses de laminación de avenidas, encauzamientos, derivaciones, sistemas automáticos de previsión, alarma y control.

Aunque la zona levantina suele ser la principal víctima de este tipo de fenómenos, durante las últimas semanas han afectado con especial dureza a Navarra, Euskadi, Asturias, Alto Aragón y Cataluña.

También el mes de octubre del año pasado se registraron lluvias torrenciales en algunas provincias de la comunidad andaluza, especialmenteen Málaga.