Durante una rueda de prensa con el primer ministro finlandés,Paavo Liponen, en La Moncloa, Aznar ha ridiculizado por "bastante infantil y hasta un punto risible", la excusa dada por PNV y EA de que ese texto no está firmado por ellos.

Según el presidente, cualquiera que sepa "leer" lo que en él se dice y haya seguido la actualidad tras la tregua de ETA se da cuenta de que hay una relación causa-efecto entre ese pacto no firmado en el verano del 98 y sus consecuencias: el Pacto de Estella y el alto el fuego indefinido anunciado por ETA el 16 de septiembre del añ pasado.

El Pacto de Estella, ironizó el jefe del Gobierno español, no se negocia entre "extraterrestres" sin conocimiento alguno de lo que les rodea.

Lo que ocurre, añadió, es que esa estrategia soberanista fracasa porque la sociedad vasca no lo secunda ni en las elecciones autonómicas de octubre del 98 ni en las municipales del 13 de junio pasado. A partir de ahí, no son casualidad propuestas de nuevas mesas de negociación, el rebrote de la violencia callejera en el País Vasco, ni el robo de oco toneladas de dinamita por parte de ETA.

Aznar ha insistido en la tesis de que ETA debe anunciar el cese "definitivo" de la violencia y aceptar las "reglas del juego" de la Constitución y el Estatuto de Autonomía Vascos, porque, lo contrario, sería darle la razón de su existencia en los últimos 30 años.

Ha recordado que si Jon Bienzobas, uno de los etarras detenidos, no tenía razón cuando, en 1996, asesinó al catedrático Francisco Tomás y Valiente, "no se le puede dar la razón porque ahora diga ue no va a asesinar".

Cuando se le ha preguntado si no cree que los últimos acontecimientos pueden poner en peligro el proceso de paz, ha insistido en que los demócratas que no son los que tienen que "normalizarse", deben preocuparse de sus iniciativas, no de lo que haga ETA.

"Las cosas ni son fáciles ni son a corto plazo. Son para la gente que sabe lo que tiene entre manos y está dispuesta a trabajar durante mucho tiempo", ha concluido el presidente del Gobierno.