"Los católicos españoles, estén donde estén -en Madrid, en el País Vasco... en cualquier parte de España-, tienen aquí una urgente prueba de toque de la autenticidad de su fe y de su amor a Cristo", agregó el cardenal en su habitual alocución dominicical, cuyo texto fue facilitado hoy por la Oficina de Información del Arzobispado de Madrid.

Según Rouco, como al pobre del Evangelio, a cualquier persona qe sufre la amenaza del terrorismo hay que protegerla, cuidarla y amarla, "con el compromiso privado y público de las palabras y de las obras, empeñadas en su defensa y servicio incondicional por encima de cualquier otra consideración humana, del tipo que sea, que habrá de pasar necesariamente a un último plano, mientras no se erradique totalmente la amenaza terrorista".

Tras lamentar "el gravísimo problema de la permanente amenaza terrorista de ETA", el cardenal agregó que "cuando en una sociedad se istala una organización que programa y realiza sistemáticamente el terror mediante el asesinato o la destrucción de bienes esenciales para la convivencia, la caridad cristiana se siente interpelada hasta lo más hondo de sí misma".