De hecho, el atentado más sangriento que jamás haya cometido la banda terrorista fue en la Ciudad Condal: el 19 de junio de 1987 un coche-bomba situado en el aparcamiento de Hipercor provocó 21 muertos y 35 heridos.

Otra matanza de grandes dimensiones fue la ocasionada or el coche-bomba lanzado el 29 de mayo de 1991 contra la casa cuartel de la Guardia Civil de Vic (Barcelona), en la que fallecieron 11 personas, 5 de ellos niños.

Asimismo, un asesinato múltiple ocurrió el 8 de diciembre de 1990. Un coche-bomba colocado por la banda terrorista en Sabadell (Barcelona) estalló al paso de un vehículo del Cuerpo Nacional de Policía que se dirigía al campo de fútbol de la ciudad, donde se iba a celebrar un partido. Seis policías murieron y otros cuatro resultaron heridos. La larga lista que completa las 50 muertes producidas por el terrorismo etarra desde 1986 comienza el 14 de octubre de ese año, tres días antes de la designación de Barcelona como sede olímpica. Un coche-bomba situado ante el cuartel del Cuerpo Nacional de Policía de la Plaza de España de Barcelona causó la muerte de un agente y 12 heridos.

El 27 de marzo de 1987 un coche-bomba en el puerto de Barcelona provocó la muerte de un guardia civil y 18 heridos más. Una semana más tarde otro coche-bomba erca de un cuartel de la Guardia Civil mató a un transeúnte y causó heridas a otras 7 personas.

Tras un periodo de menor frecuencia en las actuaciones etarras, pero muy sangrientas (las antes descritas de Hipercor, Vic y Sabadell, entre mayo de 1987 y mayo de 1991), en diciembre de 1991 la banda terrorista recurrió a otras modalidades de asesinato. El 13 de diciembre de este año dos policías murieron tiroteados en Barcelona.

Poco después, el 8 de enero del 92, la banda terrorista ETA asesinó a uncomandante del Ejército del Aire e hirió a otros dos militares. Ocho días después, los terroristas asesinaron a dos músicos militares cerca del campus de la Universidad de Barcelona.

Los últimos dos asesinatos etarras en Barcelona, hasta el cometido hoy, ocurrieron el 18 y 19 de marzo de 1992. Un coche- bomba mató a un artificiero de la Guardia Civil y un día después otro coche-bomba causó la muerte de un obrero que trabajaba en un túnel bajo la autopista A-18 en Sant Quirze del Vallés.

Desde esafecha, la banda terrorista no había causado ninguna víctima en la capital catalana, a pesar de que el 15 de agosto de 1993 dos bombas en el Puerto Olímpico causaron cinco heridos y el 29 de octubre del mismo año estalló un coche-bomba en el "parking" de la estación de tren Barcelona-Sants.

La última aparición etarra en Barcelona fue un atentado frustrado, ya que la policía desactivó un coche-bomba cargado con 7 kilos de amosal en la Zona Franca. Sin embargo, hoy la violencia terrorista se ha vuelto a obrar una víctima, un coronel del Ejército tiroteado por unos desconocidos, presuntamente pertenecientes a la banda terrorista ETA.