La revista preguntó a 256 economistas, siguiendo principalmente una lista que pidió a la Real Sociedad Económica, la asociación profesional de los economistas británicos. Contestaron 164, d los que 106 se pronunciaron a favor del euro.

Defienden este criterio los economistas británicos de todas las áreas, sobre todos los especialistas en finanzas y macroeconomía, aunque con una chocante excepción: los expertos en cuestiones monetarias, que se oponen al euro en una proporción de dos a uno.

"The Economist", que se alinea en una posición más bien escéptica respecto al euro, ironiza en un editorial sobre el resultado de su sondeo. En su opinión, "dos tercios de los economistas británics no pueden tener razón", por lo que la encuesta es otro motivo de inquietud para los británicos que apoyan la moneda única.

La revista sugiere que el euro tiene su psicología particular y que los optimistas tienden a apoyarlo y los pesimistas a rechazarlo. "La cuestión", señala, "parece girar menos acerca de economía o política que sobre si tu temperamento es dulce o amargo. Pues resulta que, una vez que los conoces, los economistas británicos son mayoritariamente bastante dulces".