El acusado, detenido el pasado domingo después de que desapareciera de su domicilio durante una semana tras confesar lo ocurrido, declaró ante el juzgado de Instrucción número 3 de Pamplona por espacio de más de una hora y aseguró haber gastado todo lo susraído. Al finalizar la diligencia, el magistrado ordenó la prisión sin fianza del antiguo directivo.

Durante sus manifestaciones, Jáuregui llegó a asegurar que "un 60% de la cantidad que semanalmente se jugaba a las quinielas en Navarra eran apuestas mías".

El pasado martes, el Banco de Vasconia recibió una carta manuscrita de Jáuregui en la que se acusaba de la apropiación de dinero que, según dijo, había gastado en jugar a las quinielas, "incluso había semanas que gastaba más de seis millones d pesetas". Un día antes desapareció de su domicilio pamplonés y nada se supo de su paradero hasta que se entregó a la Policía.

El magistrado Joaquín Galve indicó que las investigaciones siguen su curso y que no se descartan nuevas detenciones por este hecho, referidas a presuntos cómplices de Eusebio Jáuregui, si bien negó que se sospechara de otros trabajadores del Banco de Vasconia.

Asimismo, destacó que el detenido reconoció haberse apropiado de una cantidad de dinero, que no pudo precisar, duante seis o siete años, periodo en el que fue director de una sucursal del Banco de Vasconia en Pamplona y de otra en Huarte, localidad cercana a esta capital.

El procedimiento empleado para esta presunta apropiación indebida consistía en dar recibos a los clientes que acreditaban la compra de activos financieros y que no correspondían a la realidad, porque nunca se notificaron a la entidad bancaria y, por tanto, no constaban en su contabilidad.

El importe depositado por estos clientes -unos 20- sciló, según el magistrado, entre uno o dos millones y 75 millones de pesetas. El Banco de Vasconia anunció hace varios días que se hará cargo de estos depósitos y que sus clientes pueden estar tranquilos porque no saldrán perjudicados.

Quien sí parece que ha sufrido un importante perjuicio en este asunto en el dueño del estanco donde Eusebio Jáuregui sellaba sus quinielas semanalmente. Jáuregui pudo dejar a deber a este hombre, del que se desconoce su identidad, unos 10 millones de pesetas porque, daa la confianza que existía entre ambos, el estanquero dejaba que el ex director bancario le adeudara parte del importe de las quinielas que jugaba.