Martínez Noval, ministro entre 1990 y 1993, pronunció una conferencia sobre el futuro de la Seguridad Social en el marco de los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).

En su opinión, la iniciativa "de jubilaciones anticipadas, de excedente de plantilla" puesta sobre la mesa por el ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, "no sería congruente con manifestaciones desde el mismo Gobierno sobre la conveniencia de retrasar la edad legal de jubilación".

Para el consejero del Tribunal de Cuentas, "puede ser que el Gobierno crea conveniente una política de esta naturaleza que trate de rejuvenecer la plantilla de las administraciones públicas; es posible también que ese rejuvenecimiento, no sólo biológico, sino intelectual, esté justificado", pero es "incongruente" con otras medidas que se proponen desde el Ejecutivo.

En este sentido, arremetió duramente contra las entidades financieras y grandes empresas que se dedican a lanzar mensajes y a pagar estudios que promueven alargar la vida laboral cuando, en su propia casa, se dedican a prejubilar a miles de trabajadores.

"Resultan plenamente contradictorias, de nuevo, todas las posiciones que defienden la prolongación de la vida laboral como remedio a los futuros problemas financieros del sistema. Hay quien sostiene el retraso en la edad de jubilación desde sus equipos de estudios, en tanto se dedica con diligencia a prejubilar trabajadores", agregó.

En opinión de Martínez Noval, cuando el problema está en que los trabajadores se ven obligados en muchas ocasiones por sus empresas a salir del mercado de trabajo cuando alcanzan edades próximas a los 55 años, "tienen muy poco sentido las frecuentes llamadas a la imperiosidad del alargamiento de la vida activa y su consecuente elevación de la edad legal de jubilación".

"Más extraño aún", continuó, "es que ese empeño proceda de entidades financieras y sus entornos que, con persistencia, se dedican a prejubilar a cientos de trabajadores".

SUBIDA DE BASES

Martínez Noval reprochó que, siempre que se ponen sobre la mesa soluciones para el futuro del sistema de pensiones, "salvo honrosas excepciones", todas pongan el acento en la vía de reducir los gastos, y no en la de aumentar los ingresos del sistema de pensiones.

En este sentido, criticó el diferencial entre el alza de las bases de cotización y la subida que están experimentando tanto el salario medio como la propia inflación. A su juicio, las bases deberían crecer al ritmo de los precios y los sueldos.

Además, se quejó de quienes aducen que una subida de las cuotas a la Seguridad Social lastraría el mercado de trabajo. ¿Alguien puede sostener que los actuales bases y tipos de cotización son una rémora para el crecimiento de la economía?", se preguntó.

A renglón seguido incidió en que el diferencial de presión fiscal (impuestos más cotizaciones sociales) entre España y la UE-15 es de cinco puntos, del 35,6% al 41,6%. "Si queremos convergencia social habrá que conseguir la convergencia fiscal", sentenció.

El ex ministro de Trabajo rechazó elevar la edad legal de retiro (65 años) y puso en duda la conveniencia y el éxito de medidas como la jubilación flexible, cuando los trabajadores son expulsados del mercado de trabajo, contra su voluntad, a edades próximas a los 55 años.