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Expertos del CES Cardenal Cisneros alertan de que el acoso universitario es un fenómeno invisibilizado
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El acoso universitario es un fenómeno invisibilizado, a pesar de que investigaciones recientes del experto en 'bullying' Mark Tight muestran que una parte relevante del alumnado universitario sufre hostigamiento, violencia psicológica o discriminación.
Así lo subrayan profesores del CES Cardenal Cisneros de Madrid, que alertan sobre la importancia de dar mayor visibilidad a este problema para favorecer la aprobación de protocolos que lo afronten y para impulsar las denuncias por parte de los afectados, aún muy escasas.
En la Universidad, señala Sara González Domínguez, coordinadora del Máster Oficial de Psicología General Sanitaria del CES Cardenal Cisneros, las formas de acoso se vuelven más sutiles y estructurales y por eso son menos visibles.
Sin embargo, según esta experta, las redes sociales han provocado un aumento de los casos en el entorno universitario y han transformado lo que pueden considerarse las formas tradicionales de agresión. En la actualidad, según explica, estas prácticas se extienden al entorno digital y trascienden del hogar o el espacio escolar y el universitario.
“El ciberacoso comparte con el 'bullying' tradicional su intencionalidad, repetición y desequilibrio de poder, pero presenta características que lo hacen especialmente dañino: la difusión masiva y permanente del contenido, el anonimato potencial de los agresores y la imposibilidad de desconectar del entorno hostil”, asegura.
La coordinadora del Máster de Psicología subraya la importancia de adoptar medidas para prevenir los casos de 'bullying' en la universidad, ya que “el impacto sobre las víctimas es muy profundo: a corto plazo puede provocar ansiedad, depresión y baja autoestima, y a largo plazo puede derivar en trastornos psicológicos graves y dificultades para establecer relaciones saludables”.
Para Sara González la Universidad no sólo forma profesionales, sino que acompaña personas, muchas de las cuales arrastran experiencias de violencia o acoso de etapas anteriores. “Intervenir en esta etapa es clave para prevenir que los roles de víctima o agresor se perpetúen en la vida adulta, y para reducir el sufrimiento, que en muchas ocasiones puede llevar incluso a un abandono de los estudios universitarios”, alerta esta especialista.
RESPONSABILIDAD
Ante esta situación, las instituciones educativas tienen la responsabilidad y la oportunidad de ser agentes de cambio social. Para atenderla, en el CES Cardenal Cisneros se considera fundamental, por un lado, dar prioridad a la prevención y, por otro, ofrecer herramientas a las instituciones educativas para resolver conflictos de agresión en el entorno universitario.
Para González, los más eficaces son los que adoptan un enfoque ecológico, implicando a toda la comunidad educativa: profesorado, alumnado, familias y personal no docente. Estos programas promueven una cultura de respeto, empatía y corresponsabilidad, reforzada por la formación emocional y la participación activa de los estudiantes en la mejora de la convivencia.
Frente a una situación de acoso, explica la psicóloga, en el CES Cardenal Cisneros se considera fundamental dotar a los estudiantes de estrategias emocionales y colectivas que fortalezcan su capacidad de respuesta. En primer lugar, el desarrollo de habilidades socioemocionales —como la asertividad, la regulación emocional y la comunicación efectiva— permite afrontar mejor las situaciones de conflicto y reducir la vulnerabilidad.
En segundo lugar, “incidir en la alfabetización digital y el conocimiento de los canales institucionales de denuncia. Programas de intervención que combinan educación emocional, competencias digitales y estrategias de afrontamiento han demostrado reducir significativamente la victimización por acoso y ciberacoso”.
(SERVIMEDIA)
07 Nov 2025
AHP/gja


