LAS EXPLORACIONES RADIOLOGICAS SON LA PRINCIPAL FUENTE DE RADIACION ARTIFICIAL PARA EL SER HUMANO

MADRID
SERVIMEDIA

Las exploraciones radiológicas son la principal fuente de radiación artificial para el ser humano, ya que a través de ellas recibimos una dosis equivalente a la que procede de la raiación cósmica, según los datos recogidos en un informe del Forum Atómico Español.

El hombre está expuesto a radiaciones que proceden de la propia naturaleza y de las actividades o acciones que él mismo provoca. Dentro de las causas naturales, la radiación cósmica (originada por los procesos nucleares que tienen lugar en el exterior de la Tierra) aporta de media un 15 por ciento de las dosis que recibe cada español.

El 20 por ciento tiene su origen en la radiación terrestre (procedente de sustancas radiactivas presentes en la corteza terrestre), el 15 por ciento en el propio organismo (principalmente isótopos del carbono y del potasio) y el 50 por ciento en el radón que inhalamos al respirar, el cual procede de la desintegración del radio y el torio.

Las radiaciones que tienen su origen en causas no naturales proceden de las exploraciones radiológicas con fines médicos, el poso radiactivo que proviene de las explosiones nucleares en la atmósfera que se realizaron en el pasado, las emisiones d las centrales térmicas de carbón, las instalaciones nucleares, las esferas luminosas de relojes, la televisión en color y los viajes en avión.

El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) estima que cada persona recibe como promedio 3,43 mSv (dosis equivalente efectiva) al año, de los cuales 2,40 mSv tienen su origen en causas naturales.

CAUSAS NATURALES

El radón que inhalamos al respirar aporta 1,26 mSv por persona y año de media, la radiación del suelo 0,45 mSv y la radiación cósmica 0,34.

Resecto a la radiación procedente de la acción humana, 1,00 mSv corresponde a actividades que tienen una aplicación médica y alrededor de 0,005 a las centrales nucleares.

Según el Forum Atómico Español, las centrales nucleares producen una dosis prácticamente nula sobre el público en general y una dosis muy pequeña y controlada sobre el personal de la central.

Los límites que contempla la reglamentación española son de 5 mSv para la población profesionalmente no expuesta o que no trabaja en actividaes nucleares.

(SERVIMEDIA)
27 Abr 1993
GJA