La propuesta del Ejecutivo persigue que quienes tengan más ingresos no puedan deducirse más por sus hijos que quienes tienen menos ganancias, al fijarse una cifra igual de deducción para todos, que beneficiará a los contribuyentes con menos ingresos.

"La reforma del IRPF anunciada por el Gobierno será una reforma regresiva e injusta para la familia", insisten, antes de asegurar que rompe la mejora iniciada por el IRPF puesto en marcha en 1999 y "vulnera el principio constitucional de contribuir en función de la capacidad económica".