El jefe de la oposición sostuvo que los aliados parlamentarios del PSOE llegan “tarde”, pero les advirtió de que “lo mejor” es que se cambien de lado porque “no pueden seguir siendo encubridores y cómplices” del Gobierno “más rodeado de corrupción en 47 años de democracia”.

“No podemos seguir así, esto no lo aguanta nadie. Los españoles ya sabemos que el Gobierno nos ha robado, pero ahora no solamente pretende seguir robando nuestro dinero, sino seguir robando nuestra decencia”, lamentó Feijóo en declaraciones a los medios en Talarrubias, desde donde aseveró que, en “ningún país” europeo, un Ejecutivo “se mantendría en pie” ante las personaciones de la UCO en en sedes ministeriales y empresas de las últimas horas para requerir determinada información.

El jefe de la oposición, sin embargo, no prevé todavía presentar una moción de censura salvo que alguno de los socios de Sánchez mueva ficha y le garantice su apoyo.

Feijóo salió esta mañana a la ofensiva y ordenó a su partido registrar en el Congreso una solicitud para que Sánchez comparezca la próxima semana y “rinda cuentas de la escalada de casos de corrupción que afectan a su partido y a su Gobierno, ante la creciente alarma social generada por las últimas detenciones y registros en ministerios, empresas públicas y organismos del Estado”.

La UCO acudió esta mañana a los Ministerios de Hacienda y para la Transición Ecológica y a la sede de Correos para requerir determinada información y documentación en nombre del juez, y Feijóo hizo un “llamamiento” a los socios del PSOE.

“No pueden seguir siendo encubridores y cómplices. Es evidente que llegan tarde, pero es mejor parar ya esta sangría de delincuencia y que los socios sean consecuentes con los votos que representan”, dijo antes de extender este mensaje a los extremeños, a quienes advirtió de que tienen una “enorme oportunidad” para “mandar un mensaje de decencia”. “Le pido a los extremeños que hablen, que decidan y que voten pensando en Extremadura y también pensando en el conjunto de la nación”.

Feijóo denunció que el Estado atraviesa una “situación de crisis sin precedentes”, alertó del “movimiento de descomposición” y “deterioro” que están sufriendo las instituciones y se mostró convencido de que España está “perdiendo reputación internacional”.

Con ello, incidió en que Sánchez “debería haber dimitido ya hace mucho tiempo” porque, aunque “un político puede cometer un fallo”, “es evidente que no es de fiar” cuando “todo” su “perímetro más próximo está en los sumarios, en los juzgados, en los tribunales o en la cárcel”.