Así lo proclamó en su intervención durante la concentración del PP en el Templo de Debod, bajo el lema ‘Efectivamente, mafia o democracia’ y al son de ‘El Padrino’. Decenas de millares de manifestantes –la Delegación del Gobierno calcula que asistieron 40.000, una cifra que la organización duplica y eleva hasta 80.000– jalearon “Sánchez, a prisión” en varias ocasiones y tanto él como la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, deslizaron insinuaciones con este escenario.

Feijóo arrancó su discurso denunciando que “el sanchismo está en la cárcel y tiene que salir del Gobierno”, y volvió a exigir que Sánchez disuelva las Cortes y convoque elecciones generales. En su opinión, esta legislatura “absurda” ha precipitado a España a una parálisis que se comprometió revertir con una auditoría de las cuentas públicas y “una limpieza total” del sanchismo en sus “primeros 100 días” de gobierno.

En el corto plazo, instó a todos los socios del PSOE a “retratarse”, aunque no amagó con una moción de censura instrumental que les obligara a posicionarse, sino que se limitó a arremeter contra ellos por prestar su apoyo a Sánchez a pesar de todas las informaciones conocidas en los últimos meses y la entrada en prisión de Ábalos y Cerdán. “¿Hasta dónde van a tragar?”, se preguntó.

También dedicó un paréntesis a Vox ante la presencia de algunos de sus antiguos dirigentes, como Iván Espinosa de los Monteros, exportavoz en el Congreso, o Alejo Vidal-Quadras, fundador del partido. Feijóo reclamó a las filas de Santiago Abascal que se dejen de “pinzas” con el PSOE y que “no repitan los errores del pasado”.

“Yo no me voy a equivocar y no me equivoco de adversario. Mi adversario es el presidente del Gobierno. Y no me equivoco de objetivo, mi objetivo es el cambio”, aseveró ante los manifestantes, que contuvieron la respiración durante los primeros compases de su referencia a Vox, para después jalearle por cargar contra Sánchez.

¿SÁNCHEZ, A PRISIÓN?

Pero el mensaje principal que dejó Feijóo en la soleada mañana de diciembre fue el que dedicó al PSOE, a apenas medio kilómetro de su sede nacional en la calle de Ferraz. “¿Hasta dónde, Partido Socialista? ¿Hasta dónde vais a llegar? ¿Cuánto más vais a tragar?”, se preguntó.

El líder del PP insistió en que “ya no es un error puntual” ni “dos o tres personas corruptas”, sino que se trata del “sistema” y el “mecanismo” que empleó Sánchez para “llegar al poder y mantenerse” en él. Ante los gritos de “dimisión”, Feijóo apuntaló que “el sanchismo” está en la cárcel de Soto del Real y no descartó que Sánchez siga ese camino, aunque desde su equipo afirmaron tras el acto que en ningún momento ha querido sugerirlo. Feijóo previno al PSOE de que, en el futuro, mirará esta etapa “con vergüenza”.

“Primero fue Koldo, era un asesor anecdótico; después fue Ábalos, ‘qué decepción, cómo pudo haber ocurrido’; después fue Cerdán, oiga, si era súper Santos Cerdán! Y pronto será Sánchez”, relató ante los gritos de “Sánchez, a prisión” de los manifestantes. “Lo sabe toda España y lo sabe también el Partido Socialista. Cuatro, cogieron ese coche para llegar al poder y tres ya conocen la cárcel. ¡Falta el 'uno', el presidente del Gobierno, al que nada le consta y que no sabe nada!”.

“Le pido al Partido Socialista que no manche su historia”, prosiguió, “y les pido a miles y miles de votantes socialistas que no consientan que sus siglas se manchen del sanchismo, que recuperen el espíritu de la Transición, que vuelvan a la Constitución y que vuelvan a ser un partido decente”, añadió.

“RETRATARSE”

Feijóo procedió entonces a dirigirse a Sumar, a quien no pidió “dignidad” porque, según auguró, será leal al PSOE “a cambio de sus puestos” gubernamentales. Pero sí quiso aprovechar el acto para advertirle de que son ya el “juguete” roto de Sánchez, que les ha sustituido por uno “nuevo”, “independentista”, “republicano y que no quiere hablar en la lengua común”, en alusión al portavoz de ERC, Gabriel Rufián.

También cargó contra Podemos y tildó a sus dirigentes como unos “indignados de pacotilla” por su supuesta connivencia con el PSOE. “¿Quién les ha visto y quién les ve?”, preguntó. “A ver si vuelven a acampar en la Puerta del Sol”.

Feijóo no aludió directamente ni a Junts ni PNV, los únicos partidos que, ideológicamente, podrían apoyar una moción de censura del PP, sino que les metió en el saco de “nacionalistas e independentistas”. A ellos les preguntó si su “ideales” son “sostener la corrupción” y “justificar las mentiras”. “¿Hasta dónde vais a seguir tragando para mantener lo vuestro?”, les lanzó. Y, para terminar esta ronda de alusiones, se refirió a Bildu como “los únicos que están a la altura moral de este Gobierno”. “Los delincuentes, al lado de los delincuentes”.

En esta coyuntura, dijo que el debate “no va solo de izquierdas o de derechas”, “de centralismo o nacionalismo” o de “PP o PSOE”. “Esa excusa ya no vale y ni si siquiera cuela eso de que viene la ultraderecha. Esto va de vergüenza o dignidad. Esto va de mentira o verdad. Esto va de corrupción o limpieza. Esto va de delinquir o servir. Y hay que retratarse en las acciones, en los votos y en las conductas”.

CINCO COMPROMISOS

Feijóo concluyó sus discursos con cinco compromisos que abordará en sus primeros 100 días de gobierno, siempre y cuando llegue a La Moncloa. En primer lugar, prometió “una auditoría completa para que todos los ciudadanos sepan hasta dónde ha llegado el saqueo de estos últimos años”.

El líder del PP garantizó, en paralelo, “una limpieza total de las instituciones” para “barrer todo atisbo de sanchismo de las instituciones del Estado” y “una bajada de impuestos” que fue celebrada por los asistentes por todo lo alto.

El cuarto compromiso es “desbloquear todo lo aprobado en las Cortes”, desde vivienda, hasta inmigración, seguridad, o lucha contra la okupación. Y el quinto y último es “la democracia, que los españoles puedan dar su opinión” y “elijan su futuro”. “Todo esto se hará sí o sí, antes o después de las elecciones, pero se hará. Y lo hará el Partido Popular, solo o con más partidos, pero se hará”, añadió.