La "cumbre", una de las más complicadas a excepción de la que aprobó el Tratado de la Unión Europea firmado en Maastricht, según el propio González, ha despejado algunas de las grandes incógnitas que amenazaban el futuro de la CE pero ha dejado en el aire otras muchas.

Entre los logros figura el compromiso de Dinamarca de someter a referéndum antes del verano su continuidad en el "club" de los Doce, a cambio de mantener un estatus aparte en la unión monetaria,defensa común, ciudadanía europea y cooperación judicial y policial. Estas prerrogativas serán exclusivas de Dinamarca, no extensibles a ningún otro socio comunitario presente o futuro, y su vigencia acabará con el Tratado de Maastricht, que será revisado en 1996.

Gran Bretaña, por su parte, también deberá ratificar el Tratado de la Unión antes de medio año. De cualquier forma, en Edimburgo ha quedado claro que si los ingleses o los daneses no aprueban Maastricht, la Comunidad seguirá sin ellos.

esuelto ese gran escollo, los países del sur de Europa han logrado un compromiso de un fondo de cohesión de 15.150 millones de ecus (2,121 billones de pesetas) en siete años, así como que se doblen los fondos estructurales para las regiones con renta inferior al 75 por ciento de la media comunitaria.

Felipe González ha defendido el crecimiento de los fondos estructurales y de cohesión como pago a los países que más esfuerzo inversor deben hacer en infraestructuras, equipamiento y formación de capital umano para cumplir las exigencias del Tratado de la Unión Europea.

AMPLIACION DE LA COMUNIDAD

A cambio, los Doce comienzan a negociar en el primer trimestre de 1993 la entrada en la CE de Austria, Finlandia y Suecia, porque el incremento de los fondos de cohesión era una condición de España, Portugal, Grecia e Irlanda para dar su apoyo a la ampliación de la Comunidad.

España se va a llevar, como los otros tres países "pobres" de la CE, el doble en fondos estructurales y de cohesión que lo perciido en la actualidad. Lo conseguido por nuestro país son cerca de 300.000 millones de pesetas más de lo que se jugaba: en total, los fondos Feder seguirán repercutiendo en España a un ritmo parecido al de ahora y habrá dos billones de pesetas para invertir en infraestructuras de nuestro país a lo largo de los próximos 7 años.

Sin embargo, el principal líder de la oposición, el presidente del Partido Popular, José María Aznar, ha calificado el resultado obtenido por Felipe González en Edimburgo de "dobe fracaso": "El fracaso interno de no crear las condiciones reales para la cohesión con el resto de los países europeos y el fracaso externo de no haber conseguido el dinero suficiente para cofinanciar esta cohesión".

En parecidos términos se expresaron los portavoces de Izquierda Unida y los sindicatos Comisiones Obreras y Unión General de Trabajadores.

Otro de los aciertos de la "cumbre" ha sido el acuerdo presupuestario (1,27 por ciento del Producto Interior Bruto conjunto), pero han quedado e el tintero cuestiones esenciales, como las negociaciones para la liberalización del comercio mundial (GATT) o cómo combatir eficazmente las turbulencias monetarias.

Al "cheque español" conseguido por Felipe González por medio de los fondos de ayuda (el 60 por ciento puede venir a España, según cálculos de los funcionarios españoles) el presidente ha contrapuesto los objetivos que no ha logrado imponer nuestro país: un mayor presupuesto para investigación y desarrollo, así como mayores márgenes de actación en política agraria, de ayuda al Tercer Mundo y los países del Este, entre otros.