Según informan esta mañana las ediciones electrónicas de la prensa gala, la tasa permitirá un ahorro de 100 millones de euros anuales a la Seguridad Social francesa, que arrastra un déficit de grandes proporciones, cuyo montante se ha doblado en sólo diez años.

De la tasa de 18 euros quedarán exentos los enfermos crónicos, las mujeres encinta, la atención prestada a los recién nacidos mientras permanezcan en el hospital y quienes sean titulares de una prestación por enfermedad profesional. Tampoco se incluirán las radiografías.

Esta tasa figura en el proyecto de Ley de Financiación de la Seguridad Social, cuya votación definitiva se producirá el próximo 2 de noviembre.

El "agujero" de la Seguridad Social francesa, que asciende actualmente a 12.000 millones de euros, es un tema central de la política francesa desde hace muchos años y la decisión de imponer la tasa ha sido defendida personalmente por el primer ministro, Dominique de Villepin.

El Partido Socialista francés, por el contrario, teme que la tasa sea incrementada en el futuro y que forme parte de una estrategia para erosionar la sanidad pública, en beneficio de la privada complementaria.