El propósito de dicha iniciativa, destinada a los alumnos de la Fundación Prodis, es acercar la educación financiera al colectivo de personas con discapacidad intelectual para que adquieran nociones básicas para desenvolverse ante determinadas situaciones de su vida diaria.

A lo largo de las cinco sesiones del programa se tratarán cuestiones financieras básicas a través de una situación reconocible para los alumnos. En ellas se podrá identificar el valor de las cosas, aprender a gestionar el dinero, elaborar un presupuesto, promover el consumo responsable o evitar el sobreendeudamiento.

Además, se aprenderá a realizar compras y gestiones ‘online’ seguras, estar alerta de delitos en Internet o conocer cómo proteger los dispositivos. También se tocará aspecto sobre el sector inmobiliario y el acceso a la vivienda.

El objetivo de ambas entidades es contribuir a la formación e inclusión laboral de las personas con discapacidad intelectual para "fomentar su autonomía, seguridad y confianza, así como para ayudar a sus familias".

Se trata, además, de un proyecto de colaboración continua entre el equipo de voluntarios de UCI, que ha desarrollado el programa, y los profesionales de la Fundación Prodis.

“Es fundamental dotar a las personas con discapacidad intelectual con herramientas que les permitan ser autónomos de forma íntegra e idónea. La verdadera inclusión va más allá del nivel social y el poder adquisitivo, más allá del acceso y el uso de las nuevas tecnologías y también va más allá de vivir en zonas rurales o urbanas. La inclusión, especialmente a nivel financiero, debe tener en cuenta a todas las personas porque solo así tendremos una sociedad más justa e igualitaria”, destacó Catia Alves, directora de Sostenibilidad y RSC de UCI.

“Nuestra prioridad es dotar de conocimientos y competencias financieras no solo a nuestros clientes, sino también a los colectivos identificados en nuestra estrategia de inversión en la sociedad”, concluyó.