"Pongo música clásica a las cerdas reproductoras para evitar que se muevan y aplasten a sus crías", indicó el ganadero. "Para ellas, la música clásica es un ruido más, pero evita que se levanten y acuesten constantemente cuando estamos trabajando con ellas. Con la música clásica se distraen y no se mueven tanto", señaló.

Giménez reconoció que "esta medida no es efectiva al cien por cien, pero vengo observando en stos tres años que la madre tiene menos probabilidades de aplastar a sus crías si están escuchando música clásica. Antes se movían mucho a causa de los ruidos extraños como el movimiento de las carretillas, palas y bombas de agua de limpieza".

El peligro de aplastamiento por parte de sus madres se produce en los primeros cinco o seis días después del nacimiento de sus crías, según explicó a esta agencia el ganedero de Lorca (Murcia).

En referencia al tipo de música clásica que Giménez les pone a us cerdas reproductoras, afirmó que "no tengo predilección por ningún compositor porque la cerda no sabe distinguirlos, al menos eso pienso, lo que busco es distraerla y este tipo de música lo hace".

Juan Giménez, empresario murciano que se dedica a la cría y venta de cerdos exportándolos a países como Holanda, Italia y Portugal, subrayó que "su idea está siendo plagiada por algunos ganaderos de la zona e incluso ha venido una Comisión de la Cámara de Comercio de Alemania para comprobar los resultadospositivos de esta iniciativa".

El empresario ganadero murciano, que da trabajo a 400 personas y que se dedica al cuidado y venta de unos 100.000 cerdos (de los cuales 15.000 son cerdas reproductoras), seguirá "hasta que cambien los resultados positivos poniendo música clásica a sus cerdos".