La principal partida correspondió a las pensiones, que requirieron un gasto de 2.864.205 millones de pesetas, un 18,4 por ciento más que el año pasado.

Más de la mitad de ese desembolso se destinó a las pensiones de jubilación, a las que la Seguridad Social dedicó 1,51 billones de pesetas, lo que representó un incremento de 230.000 millones sobre el periodo enero-julio del 91.

Las pensiones de invalidez exigieron un desembolso de767.596 millones de pesetas; las de viudedad, otros 533.695 millones; las de orfandad, 43.687 millones; y las abonadas en favor de familiares, 8.693 millones.

No obstante, el mayor incremento del gasto no correspondió a las pensiones sino a las prestaciones familiares, que se situaron en 75.685 millones de pesetas, en lugar de los 15.813 millones del año pasado.

El segundo aumento más llamativo fue el de las prestaciones de invalidez provisional, a las que tienen derecho las personas que no se ha recuperado tras agotar los 18 meses de incapacidad laboral transitoria. Su crecimiento fue de un 34,5 por ciento, con lo que los pagos se situaron en 39.738 millones de pesetas.

MAS DINERO PARA LA ILT

En cuanto al pago por de las incapacidades laborales transitorias, ascendió entre enero y julio de este año a 180.996 millones de pesetas, un 23,6 por ciento más que en el mismo periodo de 1991.

El pago de las ILT ha crecido en todos los regímenes de la Seguridad Social y en las prestaciones efecuadas por mutuas, salvo en el de empleadas de hogar y de minería, que registraron leves descensos.

El mayor crecimiento de gastos se concentró en el Régimen General de la Seguridad y en el de Autónomos, los colectivos en los que el Gobierno detectó una elevación de costes en esta prestación con la que justificó su traspaso a las empresas, para los primeros quince días.