Peix manifestó a Radio Nacional que "no puede ser que un perro ataque a personas, bienes o rebaños", y advirtió de que los propietarios ifluyen en el grado de peligrosidad de estos animales.

Precisamente, ayer entró en vigor en Cataluña un decreto que define claramente la responsabilidad de los propietarios de perros de presa, e impone sanciones mínimas de 250.000 pesetas para casos de ataques a personas.

El director general de Medio Natural señaló que el decreto obliga a los dueños de estos animales a que paseen a sus mascotas con bozal y a que vayan atadas cuando transiten por la vía pública.

Además, el Gobierno catalán ha niciado un proceso, junto a ayuntamientos, criadores y asociaciones protectoras de animales, para definir las razas potencialmente peligrosas y lograr que existan registros específicos para ellas y que estos animales estén provistos de un seguro.

Jordi Peix indicó que en el grado de agresividad del perro influye, además del propietario, la raza, el carácter del animal y el adiestramiento que ha recibido.