Desde el Ministerio que dirige Nadia Calviño trasladaron esta explicación después de que el Banco de España estime en su ‘Informe de Estabilidad Financiera’ publicado hoy que unos 550.000 hogares se podrían adherir al nuevo código y unos 220.000 al código tradicional reformulado, pudiendo darse el caso en muchos de que se acojan a los dos códigos y lejos del millón de hogares que estimó el Ejecutivo en noviembre.

El departamento de Calviño explicó que los dos códigos se acordaron con las patronales bancarias como “instrumento preventivo” en un contexto de “alta inflación” y las estimaciones de clientes potencialmente cubiertos “se basaron en los datos del Banco de España”.

Desde que se hicieron estas previsiones, “se ha producido una rápida bajada de los precios” y también “se ha acelerado el crecimiento económico y la creación de empleo” y han subido las pensiones, el sueldo de los funcionarios, los salarios privados y el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), “aumentando las rentas de las familias y aliviando el impacto de la subida de hipotecas”. “Esto explica que el número de familias cubiertas pudiera ser finalmente inferior al previsto, por el menor impacto en su renta disponible de la subida de intereses”, añadieron desde el Ministerio.

Algunas medidas incluidas en los códigos son la congelación de la cuota de intereses, el alargamiento del plazo de los préstamos o el cambio de hipoteca variable a fija sin coste y, según destacó el Ministerio, en la reunión del pasado mes de marzo todas las partes, incluido el Banco de España, “hicieron una valoración positiva”.

El Banco de España explica en su informe que “es previsible” que no todos los hogares que pueden acogerse al código finalmente lo soliciten y esa adhesión “no será efectiva para todos los solicitantes”, a tenor de los datos sobre solicitudes que condujeron a operaciones efectivamente realizadas en el código de 2012, por lo que considera “necesario ajustar las expectativas del número de hogares que se podría acoger”,