Según informó el Gobierno, estas aeronaves integran las denominadas patrulla marítima (MPA) y de vigilancia marítima (Vigma).

El Ejecutivo explicó que “con la tramitación de este expediente, que supone la adquisición de 16 aeronaves, se procederá a recuperar las capacidades militares necesarias para cumplir los objetivos de la OTAN para España, y poder seguir garantizando los compromisos nacionales adquiridos en el seno de la Alianza”.

La aprobación de este contrato se produce después de que el Consejo de Ministros aprobara en junio pasado el techo de gasto para esta inversión. Técnicamente, lo que aprobó el Gobierno en ese momento fue el escenario financiero que permitía el lanzamiento de los proyectos.

La operación fue anunciada antes del verano por la secretaria de Estado de Defensa, Amparo Valcarce, durante su visita a la feria aeroespacial y de defensa ‘Paris Air Show’ que se celebró en el aeródromo de Le Bourget, al noreste de la capital gala.

El Ministerio preveía la compra de cuatro C-295 MPA y otros diez C-295 MSA. Los primeros sustituirán en el Ejército del Aire y del Espacio a los P.3 ‘Orion’ retirados a finales del año pasado. Si bien el C-295 MPA tiene una autonomía y alcance menor que el P.3, la idea es que disponga de todo lo necesario para cubrir capacidades prioritarias de guerra antisubmarina, antisuperficie e ISR, y apoyar a la capacidad de búsqueda y rescate.