El nuevo reglamento tiene como objetivo mejorar la eficacia operativa de los ejercitos y reducir el coste de personal y social del servicio militar para los jóvenes.

Así, las actividades de los militares de reemplazo se rigirán por el horario único establecido en las diferentes unidades, por lo que podrán abandonar el acuartelamiento una vez finalizadas las actividades diarias y regresar al inicio de la jornada de trabajo del día siguiente, siempre que vivan en un radio no superior alos 60 kilómetros.

El personal de reemplazo será destinado a aquellas unidades cuyo nivel de adiestramiento, disponibilidad o ámbito de actuación se ajuste mejor a su formación, por lo que no tendrán que realizar servicios de armas si, previamente, no han alcanzado el nivel de formación necesario para cumplir dicho cometido. Además, los mandos no podrán ordenar actividades ajenas al servicio militar.

En el ámbito de la salud, los militares de reemplazo tendrán derecho a la asistencia sanitaria yla cobertura de la seguridad social de las Fuerzas Armadas, y se establecen medidas reguladoras en cuanto a la prevención de la drogadicción, el alcoholismo y determinadas enfermedades contagiosas.

El Reglamento del Servicio Militar comtempla también la posibilidad de que los soldados de reemplazo puedan presentar sus reclamaciones directamente al mando personal de su ejército. Además, el Ministerio de Defensa instrumentará los mecanismos necesarios para elaborar un informe anual sobre las condicione generales en las que los soldados desempeñan el servico militar.

"BRINDIS AL SOL"

El presidente de la Oficina de Información al Soldado (ODS), Francisco Castañedo, explicó a Servimedia que estas medidas no se corresponden con la realidad, porque "todas estas reformas están sometidas a las normas disciplinarias, a las reales ordenanzas y las leyes penales militares".

"El nuevo reglamento es un brindis al sol. Es imposible llevarlo a la práctica, ya que cualquier mando, cualquier jefe de unidad,puede automáticamente interrumpirlo. Para conseguir los cambios necesarios habría que reformar la legislación desde abajo", añadió.

Castañedo subrayó que desde hace años se están produciendo contínuos recortes presupuestarios en materia de defensa. "Con los presupuestos en la mano", insistió, "no podemos creer que estas reformas se puedan llevar a la práctica".

La ODS, que ha expresado su escepticismo y su hastío hacia la reforma, cree que el reglamento contribuirá a generar expectativas que neceariamente se verán frustradas, lo que, a su juicio, aumentará los niveles de rechazo al servicio militar de objetores de conciencia.