Las zonas afectadas se reparten entre Andalucía, Canarias, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Extremadura y Navarra. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, comentó en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que esos fuegos fueron de tal gravedad que los gobiernos autonómicos afectados se vieron obligados a decretar los niveles 1 o 2 de alerta.

Marlaska destacó de esos 37 incendios el “ya controlado, pero todavía activo” que comenzó el pasado 15 de agosto en Arafo (Tenerife), que ha devastado unas 14.750 hectáreas pertenecientes a 13 localidades y que obligó a evacuar de manera preventiva a más de 13.000 personas.

La declaración de zona afectada por la emergencia permite a los ciudadanos que hayan sufrido daños poner en marcha la solicitud de las ayudas económicas necesarias para recuperar la normalidad en su vida cotidiana.

“Este Gobierno siempre ha tenido clara la necesidad de no dejar a nadie atrás cuando se produce una situación de este tipo. Una emergencia no se puede dar por concluida hasta que el último de los afectados haya podido recuperar la normalidad”, indicó Marlaska.