Así lo anunció la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros en la que subrayó que las tareas de prevención y que “nos reduzcan los costes de reparación de daños de cada episodio" representan una cuantía mayor.

En concreto, las actuaciones financiables incluyen desde adquisiciones de medios de barrera que frenen la entrada de aguas, el equipamiento para la evacuación del agua, las obras de impermeabilización, el aislamiento o la expropiación de las fincas más próximas y con mayor riesgo de inundación.

Además, se contemplan actuaciones que permiten la inversión directa en infraestructuras públicas y núcleos urbanos, pero también la convocatoria en concurrencia competitiva para que los particulares puedan “tener recursos para proteger sus fachadas o para proteger sus fincas”, según la ministra.

Ribera alertó de la “aparición ante nuestros ojos de fenómenos meteorológicos extremos cada vez más frecuentes e intensos” en un contexto en el que, añadió, “todas las proyecciones apuntan a la alteración muy importante de los parámetros en materia de lluvias”.

“Tras períodos intensos de sequía, vemos más temporales, más intensos, riesgos crecientes de inundación en nuestros cauces fluviales, que acaban afectando de forma muy importante no solamente a actividades económicas, también evidentemente a núcleos urbanos”, dijo, para, a continuación, puntualizar que el Ebro “es quizá uno de los ejemplos más claros en su tramo medio”, cuyos habitantes “conviven desde hace muchos siglos con crecidas que tenían una recurrencia que se ha intensificado”.

Se trata, explicó, de alrededor de 40.000 hectáreas cultivadas, de 350 explotaciones ganaderas "como zonas particularmente afectadas y ciudades intermedias o pueblos ribereños que ven cómo sus propias infraestructuras se ven afectadas por esta inundación”, lamentó, por lo que puso en valor esta iniciativa que, en el contexto del Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático y del Plan Nacional de Prevención de Inundaciones, permitirá “trabajar en una mejor resiliencia del tramo medio del Ebro”.

Es la segunda fase del proyecto tras el “éxito cosechado” en la primera con el fin de “minimizar" los costes de las crecidas a través de "soluciones basadas en la naturaleza, trabajando con infraestructura hidráulica y con la ampliación de los espacios para la laminación”, resolvió.

A su entender, con esta aprobación el Ejecutivo da “un impulso importante” en la “prevención” de los riesgos naturales y la “adaptación” al cambio climático y aseveró que, “de algún modo, representa un nuevo paradigma en la forma de gestionar los riesgos climáticos en el territorio”, además de ser “un ejemplo también de trabajo con distintas administraciones”.

SIERRA DE LA CULEBRA Y ANDALUCÍA

En paralelo, el Consejo de Ministros decidió dedicar dos millones de euros a la restauración de emergencia de las zonas quemadas en la Sierra de la Culebra (Zamora), “evitando”, según Ribera, la erosión que se produce “inmediatamente después de un incendio en el supuesto de que se den episodios de lluvia”.

Finalmente, hizo hincapié en la aprobación de una intervención “importante” que se enmarca dentro de las cinco grandes actuaciones de emergencia en Andalucía y que, en este caso, tiene el objetivo de “asegurar” el abastecimiento de agua a la ciudad de Montoro, en Córdoba, en el marco de la actual sequía.