Según informó Cultura, estas ayudas tienen como objetivo “mejorar el tejido industrial de las empresas cinematográficas que operan en el sector, posibilitando su fortalecimiento y facilitando el desarrollo de su actividad en un mercado abierto y competitivo”.

En ese sentido, las ayudas se destinarán a proyectos que cuenten con “un especial valor cinematográfico, cultural o social, sean de carácter documental o experimental, o incorporen nuevos realizadores”.

Del mismo modo, el departamento dirigido por Ernest Urtasun dedicará “especial atención” a “posibilitar e incrementar la producción de obras audiovisuales que empleen tecnologías innovadoras”, como ocurre con las películas de animación.

A su vez, se pretende “salvar la brecha de género, impulsando la incorporación de mujeres al sector en puestos creativos y de carácter técnico”.

Estas ayudas, que se convocarán en régimen de concurrencia competitiva y que se desarrollarán en un único procedimiento de selección, tendrán un importe máximo que no superará los 800.000 euros por proyecto beneficiario o el millón de euros en el caso de los trabajos de animación.

Cultura indicó que se destinará un mínimo del 40% del presupuesto para los proyectos realizados por directores, un mínimo del 15% y un máximo del 25% a trabajos de índole documental, un mínimo del 10% a proyectos de animación y un mínimo del 5% a coproducciones con empresas extranjeras en las que la participación española sea minoritaria.

Como novedad, este año se incorpora una reserva presupuestaria de entre el 5% y el 10% para largometrajes de carácter experimental para “reforzar el apoyo a este tipo de proyectos”.